Dilexi Te, paz para Gaza o la Hispanidad, en el #resumensemanal de RD "Los pobres son uno de los nuestros": el Papa traza la hoja de ruta de su pontificado

Ya tenemos primera exhortación papal, que demuestra a las claras que la apuesta por los pobres, por un futuro sostenible para todos, todos, todos, será una constante de este pontificado, por más que les moleste a los directores generales de la industria del odio y del pisoteo al Evangelio

Ahora queda la parte más difícil: reconstruir un país arrasado, pedir responsabilidades a quienes ordenaron la masacre y apostar por una cada vez más difícil reconciliación y convivencia sobre la base de dos Estados, Israel y Palestina. Porque no hay paz sin justicia. Y en este terrible horror de Gaza no pueden ganar los genocidas

En España, hemos asistido a nuevas acusaciones contra el obispo de Huesca y Jaca, Pedro Aguado, por un posible encubrimiento durante su época de general de los escolapios. La orden ha respondido con contundencia, pero la sombra de la duda ha quedado abierta. Convendría una palabra del prelado

Los pobres son uno de los nuestros. Así se define el Papa León XIV en Dilexi te, su primer texto magisterial, que bebe, huele y sabe a Francisco, como bien señaló nuestro director José Manuel Vidal. Ya tenemos primera exhortación papal, que demuestra a las claras que la apuesta por los pobres, por un futuro sostenible para todos, todos, todos, será una constante de este pontificado, por más que les moleste a los directores generales de la industria del odio y del pisoteo al Evangelio.

La reforma de Francisco, probablemente más tranquila, con un sello propio y personal, continúa en Prevost. Lean el texto, saboréenlo, y sigamos trabajando por esa Iglesia en salida, sinodal, que no tiene marcha atrás. Porque el Evangelio siempre acaba por imponerse.

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Un Prevost que ya ha anunciado su primer viaje internacional, ni más ni menos que a Turquía y a Líbano, en mitad del avispero de Oriente Medio. Justo, la misma semana en que se logra un frágil pero esperanzador alto el fuego en la franja de Gaza. ¿Auspiciado por un Trump que se quedó sin ‘su’ Nobel de la Paz? Seguramente. ¿Que se ha logrado callar, al menos de momento, los bombardeos? También. Ahora queda la parte más difícil: reconstruir un país arrasado, pedir responsabilidades a quienes ordenaron la masacre y apostar por una cada vez más difícil reconciliación y convivencia sobre la base de dos Estados, Israel y Palestina. Porque no hay paz sin justicia. Y en este terrible horror de Gaza no pueden ganar los genocidas.

Dilexi te
Dilexi te Vatican Media

En España, hemos asistido a nuevas acusaciones contra el obispo de Huesca y Jaca, Pedro Aguado, por un posible encubrimiento durante su época de general de los escolapios. La orden ha respondido con contundencia, pero la sombra de la duda ha quedado abierta. Convendría una palabra del prelado, una mayor cercanía, como la del obispo de Zamora, Fernando Valera, que transforma el palacio episcopal en varias residencias, la primera de sacerdotes, con los que vivirá en comunidad. Un ejemplo a seguir.

Este domingo celebramos el Pilar, la patrona de la Hispanidad. En un tiempo en que vuelve el odio al extranjero, en el que el hombre más poderoso de la Tierra sigue persiguiendo a los migrantes en sus casas, en los colegios de sus hijos, en los hospitales, incluso en las iglesias, convendría dejar de lado el mito de Santiago Matamoros y, tal vez, pensar en el seguidor de Jesús que, según la tradición, viajó hasta el fin del mundo para llevar el mensaje de amor y justicia del Evangelio. No para conquistar o esclavizar, sino para multiplicar el ‘Nosotros’.

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