"Que recuerde los muchos desmanes realizados y el daño hecho a muchos de sus fieles" Rafael Zornoza, un obispo cobarde venido a menos
"Lo deleznable y mísero es que el obispo investigado, Rafa para los amigos, no ha sido capaz de dar la cara ante los demás medios ni ante nadie, pero nos ha dejado un mensaje grabado para la posteridad"
"Atrás quedan muchos momentos en los que Zornoza “aconsejaba” a sus sacerdotes caídos en desgracia, y los invitaba a solicitar la secularización o reducción al estado laical, para ir tapando agujeros"
| Nicolás Fernández Muñoz
La fiesta de Santa Cecilia, a la sazón patrona de la música, pasará a los anales de la historia de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, precisamente por el final de una etapa oscura en el pontificado del que hasta ahora ha sido el Obispo de esta, Don Rafael Zornoza Boy, investigado por los presuntos abusos sexuales cometidos en su etapa de Rector del Seminario de Getafe, quien al parecer alegremente “tocaba” a los jóvenes a quienes ayudaba en el discernimiento de su vocación.
Ayer, los medios fueron convocados a las doce en punto para dar a conocer la noticia del nombramiento de un Administrador Apostólico, pero cambios de última hora sustituyeron la rueda de prensa por una simple nota de prensa. El motivo de ello era que en una sala contigua, dos pisos más arriba, se encontraba el prelado investigado junto con el colegio de consultores, quienes acogían al recién llegado desde Sevilla, monseñor Don Ramón Darío Valdivia. Claro está, como siempre hay favores debidos, han agasajado a uno de los medios de comunicación afín no con unos vinos sino con unas fotos de pose natural en el patio del mismo Obispado. Por cierto, la sorpresa es que a simple vista la salud de Don Rafael es espléndida, o quizás ha sido trabajo del maquillador del evento.
Lo deleznable y mísero es que el obispo investigado, Rafa para los amigos, no ha sido capaz de dar la cara ante los demás medios ni ante nadie, pero nos ha dejado un mensaje grabado para la posteridad, donde agradece al Papa “su comprensión y cercanía paternal al haberle concedido el poder dedicarse plenamente a los tratamientos médicos que requieren su actual estado de salud, así́ como atender con serenidad y confianza en Dios su defensa ante una acusación injusta y falsa, que está siendo estudiada por la iglesia”. Curioso juego de palabras para referirse a lo que realmente está sucediendo, que no es sino que te han denunciado por abusos sexuales y la Iglesia ha abierto una investigación, y ésta va para adelante.
Me sorprende que esta vez no haya tenido valor de dar la cara. Quizás nunca lo hizo, sino que se ha escudado en la maraña del juego de palabras para hacer parecer este momento, como si fuera lo más normal del mundo, un obispo que recibe a su sucesor, cuando realmente lo han quitado de en medio, porque la presunta acusación va cogiendo fuerza y fundamento, por día que pasa.
Atrás quedan muchos momentos en los que Zornoza “aconsejaba” a sus sacerdotes caídos en desgracia, y los invitaba a solicitar la secularización o reducción al estado laical, para ir tapando agujeros. Pero eso para él no sirve, él como siempre por encima del bien y el mal, porque él cree que el poder económico lo puede todo.
Y me pregunto, ¿cómo se habrán sentido los miembros del colegio de consultores al verlo de repente entrar por la puerta? Seguramente contentos no me cabe duda, aunque viendo la foto del periódico de dicha reunión, más bien, con caras de circunspectos, rostros serios y gafas oscuras, aunque haberlos hay que tienen mucho que callar, deseando que pasara pronto ese trago. En algún momento y en algún corrillo los habrá́ deleitado con su verborrea acerca de las mentiras y falacias vertidas contra su humilde persona, y les habrá́ diseñado la caricatura del pobre infeliz que lo ha denunciado. Y todos habrán asentido con sus cabezas al viento.
Posteriormente, habrá́ salido en coche con sigilo y discreción para desplazarse a su antiguo palacete, para ultimar sus maletas y paquetes, no sin antes tomar por última vez buenos vinos y pescados de nuestra tierra, en el reservado de algún importante restaurante, antes de marchar a la capital del Reino de España donde tiene dispuesta ya su humilde morada, en un barrio de bien, para que su cuerpo cansado descanse plácidamente antes de ser llamado a la casa del Padre; ojalá esa llamada tarde mucho, mucho, en recibirla, y nuestro Señor le de lucidez suficiente para recordar día a día, minuto a minuto, los muchos desmanes realizados y el daño hecho a muchos de sus fieles.
Lástima no haberse podido encontrar con sus fieles diocesanos antes de su partida, y que los gaditanos al menos hubieran podido recibir su amplísima bendición.
A mí, me hubiera gustado despedirme, pero en esta fugaz visita, me ha cogido en otros menesteres peleando por atunes en la preciosa ciudad de Sevilla. Pero no quiero dejar pasar este momento y usando el lenguaje propio de nuestra tierra deseo decirle sencillamente, lo que muchos también desearían decirle a boca llena... Querido Don Rafael: ¡Ar mismísimo carajo!
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