Román Espadas sj Festival de Cine de La Habana, festival humano

(Román Espadas, sj).- Acaba de terminar este importante acontecimiento cinematográfico. Del jueves 8 al domingo 18 del actual, 16 salas de cines habaneros abrieron sus puertas de 10:00 a.m. a 11:30 p.m. para permitirnos ver, oír, apreciar y valorar filmes de ficción, documentales y animados de un minuto hasta más de dos horas de duración.

Daba gusto y esperanza ser parte de aquellas largas colas humanas que avanzábamos hacia aquel festival de imágenes y sonidos que nos contaban, unas veces, historias reales o imaginadas, y, en otras, mezclaban magistralmente lo real con lo supuesto.

ElNeruda ideado y dibujado por su coterráneo Pablo Larraín nos convenció de lo peligroso que resulta el compromiso político a favor de los oprimidos y los maltratados.

Diego, el sidoso moribundo del cubano Fernando Pérez en Últimos días en La Habana, nos hizo reir, reflexionar y hasta lagrimear al verlo, queriendo vivir, clavado en su cama del dolor, y escuchar sus chistes y la generosa distribución de sus bienes.

La brasileña Sonia Braga, en Aquarius, defendió, ante nuestros ojos y oídos, armada de amor y de termitas, su inalienable derecho y necesidad de vivir su vida y conservar vivos su historia y su ambiente.

El documental chileno, El viento sabe que vuelvo a casa, nos habló claro y alto de la belleza presente en toda realidad humana: ¡Premio Coral al documental de largometraje!

La vida y la labor proféticas del Papa Francisco fueron reconocidas en dos documentales: El Papa Francisco, Cuba y Fidel de Gianni Mina y El desagravio: Monseñor Romero, su pueblo y el Papa Francisco de Gianni Rebetta.

Los brasileños del Cinema Novo salieron de los estudios de filmación fría y prefabricada a la calle, a la plaza pública, a los campos y ciudades, a captar, recrear y compartir, llenos de esperanza y pasión política, la realidad humana, histórica y cultural que nos envuelve y de la cual somos parte viva y activa: el realismo mágico-existencial.

Me resultó esperanzador ver entre los promotores del Cinema Novo a Edgar Morin, promotor del pensamiento complejo y de la realidad contextualizada: ¡Qué bueno y esperanzador, ver que los pensadores profundos toman seriamente la verdad y la belleza de las imágenes y de los sonidos del mundo audiovisual que el cine viene creando y recreando, desde hace más de un siglo!

(Seguiremos...)

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