El giro es más de pensamiento que de formas Iglesia y tentación restauracionista

(Juan Rubio, Vida Nueva).- No es mala la tarea de restaurar lo que está roto, deteriorado, estropeado, para devolverlo al estado que tenía antes. Hay quienes llaman a este trabajo renovar o reformar, y hay quien le da un sentido más peyorativo.

El restauracionismo nostálgico, que sueña con modelos obsoletos hoy, aunque tuvieran éxito antaño, es un trabajo que mira más al pasado que al futuro y que se instala en la placidez del recuerdo, de aquellos tiempos mejores para criticar el presente y justificar la escasa iniciativa y creatividad para el futuro. Y ningún tiempo pasado fue mejor.

Para leer el artículo coompleto, pinche aquí

Volver arriba