"Avergüenza llamar e invocar como Madre a 'Nuestra Santa Madre la Iglesia'" Ultimátum femenino a la Iglesia

Protesta de mujeres contra el feminicidio
Protesta de mujeres contra el feminicidio

"Los datos sobre las cifras de mujeres que, por el hecho de serlo, son ejecutadas por sus respectivas parejas o exparejas son estremecedoramente alarmantes"

"Estremecedoramente alarmante resulta ser el hecho de que, como Estado y como institución religiosa en 'Nuestra Santa Madre la Iglesia' la mujer, ni cuenta ni dispone de derechos y deberes en igualdad con el hombre"

"Con el convencimiento de ser grande, y aún decisiva, la influencia que todavía ejerce la Iglesia en la formación- educación integral de personas y de colectivos, urge acelerar la desaparición de cualquier discriminación en contra de la mujer y siempre a favor del varón, lo que en gran parte y proporción explica no pocos malos tratos y aún la muerte"

"Desdice y avergüenza llamar e invocar como Madre a 'Nuestra Santa Madre la Iglesia', que solo lo es para los varones, mientras que para las mujeres, la jerarquía apenas si es merecedora del comportamiento y título de madrastra"

Los datos son estremecedoramente alarmantes. Me refiero a los que, con humillante derramamiento de sangre, actualizan los medios de comunicación social sobre las cifras de mujeres que, por el hecho de serlo, son ejecutadas por sus respectivas parejas o exparejas, previas las correspondientes denuncias judiciales, en unos casos y, en otros, sin ellas. En los meses que llevamos recorridos en el presente año tales cifras siguen en ascenso implacable.

A esto es preciso añadir las no noticiadas de los múltiples y variados “malos tratos” que, sin llegar a su cita expresa en los titulares informativos, someten los varones, por varones, a sus respectivas féminas, en sus relaciones, sacramentalizadas o no.

Malos tratos a mujeres

Estremecedoramente alarmante resulta ser el hecho de que, como Estado -libre e independiente – Vaticano-, y como institución religiosa -“Nuestra Santa Madre la Iglesia”-, no exista en el mundo una entidad en la que por Constitución -Código de Derecho Canónico- esté establecida, registrada y practicada la discriminación de la mujer respecto al hombre. La mujer, en la Iglesia, ni cuenta ni dispone de derechos y deberes en igualdad con el hombre. Es considerada, subestimada, tratada -maltratada- personal y colectivamente, por el solo hecho de ser mujer, por expresa y legalizada determinación de normas, leyes, cánones y artículados litúrgicos , porque así lo determinaron decisiones machistas, con el sobrenombre de patriarcales, haciendo uso del lenguaje clerical consuetudinario.

La más rudimentaria interpretación del Evangelio y de los manuales de Teología, la invocación de argumentos semi dogmáticos, o venerables “tradiciones” pretéritas, equivaldría a tener que profesarse a- católicos o “perversos”, es decir, “persona corrupta con malas doctrinas y malos ejemplos”. A quienes, por las sinrazones que sean, sigan considerando “palabra de Dios” la actual condición “oficial” de la mujer en la Iglesia, es obligado advertirles que, tanto su doctrina como su comportamiento, no son cristianos, ni humanos.

"A quienes, por las sinrazones que sean, sigan considerando “palabra de Dios” la actual condición “oficial” de la mujer en la Iglesia, es obligado advertirles que, tanto su doctrina como su comportamiento, no son cristianos, ni humanos"

En el caso de que no se den por aludidos tales “doctores” y adoctrinadores “oficiales” , también sería obligatorio inducirles a que hicieran desaparecer discriminaciones tales como las que aquí se lamentan, aunque para ello fuera preciso prescindir, o tachar, del “Credo” , aseveraciones que hasta el presente fueron expuestas con forzado carácter semi-dogmático. A los dogmas -a todos los dogmas- los justifican el bien y el servicio al pueblo, y no las rutinas y los rituales.

Perdón

Con el convencimiento de ser grande, y aún decisiva, la influencia que todavía ejerce la Iglesia en la formación- educación integral de personas y de colectivos, urge acelerar la desaparición de cualquier discriminación en contra de la mujer y siempre a favor del varón, lo que en gran parte y proporción explica no pocos malos tratos y aún la muerte.

¿Se trata de un ultimátum –“propuesta última y definitiva”-, al dictado de modas, modales, usos y costumbres, complementos, comportamientos y exigencias exacerbadamente feministas , que definen la sociedad actual, pero que el paso del tiempo volverá a colocar las cosas en su sitio?.

No. Simple y llanamente se pretende restaurar la justicia y restablecer el sentido y el contenido auténtico y veraz del plan primigenio de Dios, creador de los seres humanos -hombre y mujer- corresponsables por igual en la tarea-ministerio de la re-creación y redención de su obra.

Son ya muchas la situaciones, lugares e instituciones, eclesiásticas o no, desde los que hombres y mujeres levantan su voz reclamando tratos de igualdad para todos los seres humanos. La Iglesia, con énfasis y propia especificación para su jerarquía es, con respeto y veracidad, objetivo de ultimátum piadosos y definitivos en los que la “amenaza” no puede ser otra que la de perder a hijos e hijas, que tan crecientemente desaparecen de la esencial condición de entidad familiar.

"Desdice y avergüenza llamar e invocar como Madre a “Nuestra Santa Madre la Iglesia”, que solo lo es para los varones, mientras que para las mujeres, la jerarquía apenas si es merecedora del comportamiento y título de madrastra"

Desdice y avergüenza llamar e invocar como Madre a “Nuestra Santa Madre la Iglesia”, que solo lo es para los varones, mientras que para las mujeres, la jerarquía apenas si es merecedora del comportamiento y título de madrastra.

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