El recolector se llama León XIV

Francisco escribió, muchas veces, que “el tiempo es superior al espacio”. Se refería a que la progresión humana necesita un proceso paciente para vencer al espacio temporal humano que nos limita. Proceso en busca de soluciones entre todos, mirando al futuro con esperanza. Se trata, pues, de “iniciar procesos más que de poseer espacios”, decía Francisco, para lograr dinamismos nuevos involucrando a personas y grupos en su desarrollo, que fructifican solo  con el tiempo. Esta idea de Francisco expresa que somos sembradores, y otros serán quienes recolecten en el tiempo debido.

Sus palabras tienen ahora el encaje con Robert Prevost, elegido su sucesor con el nombre de León XIV. Francisco no pudo finalizar su obra, quizá para no ocasionar males mayores a los que las prisas podían ocasionar. Pero la siembra ha sido extraordinaria, y el nuevo Papa será quien amplíe y mejore el legado; que por algo él formaba parte del círculo de máxima confianza de Francisco. Recordamos que Prevost era el Prefecto de los Obispos, encargado de los nombramientos episcopales a nivel mundial y que ambos mantenían reuniones semanales “tête à tête".

Yo resumiría en cuatro las credenciales que destacan en León XIV:

Visión geopolítica desde su experiencia en las periferias – Prevost es estadounidense, lo cual tiene su punto pensando en Trump y su interés por apropiarse del planeta. Y a la vez,  pasó 18 años en Perú antes de ser nombrado obispo de Chiclayo. Su trabajo a pie de campo con realidades como la migración masiva o la pobreza estructural lo acerca al liderazgo de servicio que promovió Francisco.

Es un convencido de la sinodalidad – En su primera alocución desde la balconada vaticana, hizo mención expresa a la importancia del camino sinodal emprendido por su antecesor como el camino abierto para la Iglesia del siglo XXI: caminar juntos en actitud de escucha y entre diferentes. Es un defensor de los modelos de gobierno participativos, algo crucial en la evangelización y en nuestra Iglesia; ha mostrado su capacidad para construir consensos en entornos plurales.

Su faceta pastoral se complementa con su perfil gestor – Destaca por su bagaje pastoral que prioriza la capacidad de escucha sobre autoritarismo clerical, el compromiso con la ecología y la apertura a ministerios laicales, especialmente de mujeres. Junto a esta faceta, es licenciado en Matemáticas y dirigió la Curia General de los agustinos con presencia en 50 países, además de atesorar experiencia gestora en la Conferencia Episcopal Peruana (hasta 2023) como vicepresidente.

El nombre elegido de León XIV indica un perfil – A su antecesor en el nombre, León XIII, se le reconoce el impulso a la Doctrina Social de la Iglesia, ¡a finales del siglo XIX! Su encíclica Rerum Novarum fue una revolución por su visión humanista y social desde la fe cristiana, centrada en la justicia, la migración, la paz global y el diálogo interreligioso. León XIII llevó el Evangelio a la esfera social en un momento de grandes transformaciones. Subrayó la importancia de la justicia en la economía y en el trabajo, además de abogar por la intervención del Estado para garantizar medidas como la seguridad laboral, la limitación de horarios y jornadas laborales, así como la protección del descanso dominical. Rerum Novarum fue una llamada a la distribución más amplia de la propiedad y a una mayor participación de los trabajadores en las decisiones económicas. Veremos lo que el sucesor León XIV la actualiza en un mundo tan fragmentado e individualista.

Con semejante bagaje, el nuevo Papa debe apuntalar el amor de Cristo al mundo, frente al materialismo consumista que nos abruma y el clericalismo que se resiste a desaparecer, parapetado en la estructura eclesial en torno a un Estado vaticano cuya maquinaria no es precisamente el mejor modelo de vida evangélico. Para ello tendrá que propiciar cambios legislativos y propuestas desde el ejemplo desplegando sus mejores dones. El comienzo ha sido esclarecedor, llamando a "una paz humilde y desarmada" para "construir puentes mediante el diálogo".

Por último, dos pinceladas significativas. La primera, estrenarse como Papa con este saludo: “Fratelli, sorelli”, es decir, “Hermanos, hermanas”, lo cual me parece un detalle no menor en estos tiempos. Y la segunda pincelada es que va a seguir los pasos de Francisco al anunciar que se queda a vivir en la residencia de Santa Marta.

Ojalá que la siembra esforzada de Francisco culmine con una hermosa cosecha gracias al trabajo recolector de León XIV a lo largo de su pontificado. Apoyos no le faltarán, y bien que los va a necesitar.

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