'Sólo Javier' "Películas con propósito"

Fotograma de la película Sólo Javier
Fotograma de la película Sólo Javier

"En un mundo desbordante de materialismo, donde el sexo y la violencia resultan con harta frecuencia relevantes captadores de clientes de los cines, un largometraje como 'Sólo Javier' llama gratamente la atención"

"En él se repasa la historia de un acomodado español, tenista de éxito en EE. UU., reconvertido en misionero católico"

"De su éxito habla no solo el número notable de personas que han acudido a ver la película o las reseñas aparecidas en múltiples medios de comunicación, sino también la bilis de bastantes juntaletras que no pueden soportar que alguien haya encontrado un sentido trascendente para su existencia"

En un mundo desbordante de materialismo, donde el sexo y la violencia resultan con harta frecuencia relevantes captadores de clientes de los cines, un largometraje como “Sólo Javier” llama gratamente la atención. En él se repasa la historia de un acomodado español, tenista de éxito en EE. UU., reconvertido en misionero católico.

De su éxito habla no solo el número notable de personas que han acudido a ver la película o las reseñas aparecidas en múltiples medios de comunicación, sino también la bilis de bastantes juntaletras que no pueden soportar que alguien haya encontrado un sentido trascendente para su existencia. Ciegos para lo espiritual, menosprecian a quienes ven más allá de lo inmediato.

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En 45 años de vida (1961-2006), Javier, el protagonista, transitó de niñato malcriado y vividor, amante del alcohol, mujeriego abierto a las múltiples ofertas de la lujuria, a implicarse en sendas de meditación con ramalazos de mindfulness, tan de moda en estas décadas. Por fin, tras conocer las existencias miserables de homeless en California y después en Bolivia llegó a columbrar la apertura a la divinidad.

🎾 "SOLO JAVIER" | Trailer Oficial

Josepmaria Anglés dirige con maestría y credibilidada un brillante Tomás Farell. El devenir de Javier Sartorius Milans del Bosch acopia múltiples coincidencias con san Agustín de Hipona y con tantos que, tras experimentar los goces sensoriales, delatan que no proporcionan soporte definitivo. ¡Cuántos con una vida de éxito abandonan lo ramplón por seguir su vocación espiritual! Como he escrito en este mismo blog, lo he vivenciado por enésima vez en los monjes de clausura, durante mi reciente estancia en la Trapa.

Al lado del protagonista, largas temporadas estuvo Fernando, el hermano mayor, con quien se llevaba 11 meses. Por gamberros inquietos los calificaron como Zipi y Zape. Ha sido otro deudo, Mauricio, quien ha impulsado el biopic, impulsado por el legado que Javier había dejado y que no muchos conocían

Jaraneros y deportistas, ni Fernando ni Javier hincaban los codos. El resultado fue un desastre en lo académico en el colegio de jesuitas. Una década más tarde, su progenitor logró una beca de tenis en una universidad de Boston. El objetivo era que se graduaran en Administración y Dirección de Empresas. Pronto se mudaron a Los Ángeles. La mutación anímica de Javier se produjo cuando empezó a tener contacto con personas sin hogar. Fernando y Javier se adentraron en meditación oriental mientras proseguían con la raqueta. Javier ganó -se dice fácil, pero debió costarle sangre, sudor y lágrimas- el US Open de Padel Tenis en 1989. Para entonces, ya despreciaba lo contingente y arrojó el trofeo a un contenedor. Jornadas más tarde, viajó a Cuzco (Perú), donde fue acogido por los Misioneros Siervos de los Pobres. Apostó por tratar de conquistar la fe. Fernando, por su parte, se focalizó en el entrenamiento personal y el culto al cuerpo.

Una presunta breve práctica como misionero se prolongó por años. Trató a personas que no poseían nada y quedó fascinado por la generosidad de los misioneros.

Voló a España, a Toledo, para iniciar los estudios precisos para convertirse en sacerdote. Poco habituado a la letra impresa, abandonó y se encaminó al santuario de Lord, en Lérida. Allí se recluyó durante una década. Contribuyó en la reconstrucción de edificios y en las labores agropecuarias.

Impulsado por las autoridades eclesiásticas, retomó la teología, pero en 2006 le diagnosticaron una colitis ulcerosa. La afrontó con fe. También cuando le recomendaron trasladarse al monasterio de San Miguel de Dueñas, en León. Allí entregó su alma al Creador. A Javier le habían suspendido la asignatura de religión durante años. Al cabo, el sufrimiento le había acercado concluyentemente a Dios.

C. S. Lewislo dejó escrito: el dolor es el altavoz que Dios emplea para que la criatura le escuche. Ojalá no fuese tan necesario y pusiésemos más atención a lo que el Creador desea de nosotros. Javier lo fue descubriendo con esfuerzo y entrega. En el fondo, como todo aquel que aspira a cumplir un propósito que merezca la pena y sembrar un legado que ayude a otros.

Solo Javier (2025) - Película eCartelera

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