El Papa jubila al cardenal Zen y nombra obispo de Hong Kong a John Tong Hon

El Pontífice le encargó en 2008 que escribiera las meditaciones del Vía Crucis del Viernes Santo de ese año, una petición que evidenció la importancia que el Papa Ratzinger da a la iglesia China, que vive en la clandestinidad.
A finales de junio de 2007 Benedicto XVI escribió una carta a los católicos chinos, en la que expresaba su cercanía y solidaridad y en las que abogaba por el restablecimiento de relaciones diplomáticas con ese país.
El cardenal Zen forma parte de la Comisión Especial creada por el Papa para seguir la situación de la Iglesia católica en China.
En China existen entre 8 y 12 millones de católicos, según datos del Vaticano, divididos entre los pertenecientes a la Iglesia oficial -controlada por el Gobierno comunista y conocida como Patriótica- y la clandestina, en comunión con Roma y perseguida por el gobierno de Pekín.
Uno de los puntos que enfrenta al Vaticano con Pekín es el nombramiento de los obispos, pues Roma reclama que sólo pueden ser designados por el Papa, mientras que la "Iglesia Patriótica" ha ordenado obispos sin el visto bueno de la Santa Sede.
El Vaticano y China no mantienen relaciones diplomáticas desde 1951, después de que Pío XII excomulgara a dos obispos designados por el Gobierno chino, que a su vez expulsó al nuncio apostólico, que se estableció en la isla de Taiwán.
Para reanudar las relaciones diplomáticas, China exige que el Vaticano rompa previamente con Taiwán y no "interfiera" en los asuntos internos chinos.