Los profesionales de la información religiosa estamos acostumbrados a que los obispos (en general, siempre hay excepciones) nos considen "enemigos" o "poco amigos". Por eso nos llama más la atención la clara alabanza que ayer hizo de los "profesionales de la información religiosa" el actual presidente de la comisión episcopal de Medios, Joan Piris. En un acto solemne como la entrega de los Premios Bravo, el obispo de Lleida no sólo alabó nuestra "labor incansable", sino que fue mucho más allá. Hasta pedir perdón públicamente y solicitar nuestra colaboración: "Os ruego perdonéis nuestras deficiencias y aceptéis la colaboración que por el bien de la sociedad todos estamos llamados a desarrollar".

Chapeau por monseñor Piris. Y gracias por la parte que nos toca. Y, por supuesto, aceptamos con sumo gusto la oferta de colaboración que nos hace. A nosotros nos viene bien y a la Iglesia católica no le conviene llevarse mal con los intermediarios inevitables de la información que quiere hacer llegar a la sociedad.

Esperemos que de su mano se restablezcan los puentes (algunos, por lo menos) entre la institución y los profesionales de los medios. Algo factible y posible, como demuestra la etapa de Sánchez como portavoz y Yanes como presidente de la CEE. O la etapa de monseñor Del Río como presidente de la comisión de Medios. Se puede y se debe, pero me da la sensación de que no va a ser. Porque Piris, Vives y Del Río (miembros de la comisión de Medios) mandan sólo en su parcela. No les corresponde marcar la política informativa de la CEE. Eso lo hace, por estatutos, el presidente y el secretario-portavoz.

Y no creo que ni uno ni el otro estén por la labor. Entre otras cosas, porque han impuesto la estrategia de la "frontera" con los medios. Y no me parece que estén dispuestos a revisdarla. Además, nadie les pide cuentas de los frutos de su estrategia informativa.

En cualquier caso, ¡ojalá tome nota de la oferta de monseñor Piris el directo y máximo responsable de la información de la Iglesia católica, el portavoz de la CEE, monseñor Martínez Camino! No pasa nada, si da el brazo a torcer, monseñor. Al menos, una vez. Más aún, puede pasar que su "estrella" brille más. Y lo que sin duda pasará es que la imagen pública de la Iglesia católica salga fortalecida. A.M.D.G. ¿Recuerda, monseñor?

Tenga o no éxito la iniciativa, el mero hecho de proclamarla públicamente es algo muy de agradecer al brillante obispo de Lleida.

José Manuel Vidal