Las concentraciones espontáneas, convocadas al parecer sin interés político por miembros de la juventud, son, a mi juicio, una buena noticia, una protesta cívica contra quienes dirigen o dirigirán en lo sucesivo los destinos ciudadanos. Lo han hecho en son de paz, sin algaradas, pero con firmeza.

Comenzaron el día 15 en la Puerta del Sol de Madrid. A lo largo de la semana se han ido extendiendo por gran parte de las ciudades de España. Esta mañana he acudido a la de Vitoria, en la Plaza de la Virgen Blanca.

Desde el jueves permanecen día y noche en acampada, al pie del momunento a la Batalla de Vitoria. Son gente pacífica. Su protesta es contra el sistema político - social actual. Me decía un chico:
- Esto gusta a todo el mundo, excepto a los políticos y banqueros.

Por toda la circunferencia de la acampada colgaban decenas de cartelitos para llamar la atención a quienes corresponda. He aquí algunos:

- A los jóvenes también hay que tomar en serio.
- Lazo de indignación.
- Más subidas de salario y menos impuestos.
- Francia y Grecia luchan; España triunfa en el fútbol.
- Más aparcamientos y menos multas.
- Más trabajo y menos ladrones.
- No falta dinero, sobran ladrones.

Hace falta ahora que quienes están dentro de la politica acepten el mensaje, y no en beneficio del propio partido; sería intolerable. Que lo acepten, aquellos a quienes toca o tocará en lo sucesivo gobernar, en beneficio del bien común. Que no busquen el medrar y ser vistosos, sino el bien de los ciudadanos.