Las monjas de clausura

Me decía una monja de clausura que se le pasaba el tiempo volando; que se encontraba feliz; que no ansiaba ni viajar, ni playas ni tantos otros alicientes del mundo. Y me lo creo. Es verdad que en todas las partes se cuecen habas. Y hemos conocido conventos como avisperos, donde resulta imposible la convivencia, llenos de envidias y de ganas de mandar… ¡Una pena! Bastan tres o cuatro personas desequilibradas para convertir un remanso de paz en nido de víboras.


Suelen acusar a las religiosas de clausura de infantiloides. Lo malo es que algunas veces así lo parecen. Recuerdo con sonrojo la recepción en Ávila, por parte del Papa Juan Pablo II, a un grupo numeroso de contemplativas. Se desbordaban. Alguien decía que parecían un conjunto de gallinas junto al gallo. Me pareció la comparación irreverente, pero por ahí podían ir los tiros. Daba bochorno cuando alguna de aquellas mujeres llegó a decir del Papa que era más guapo que Jesucristo.

Lo más doloroso cuando algún miembro de la comunidad se encuentra desgajado y desgarrado ante la incomprensión o desamor del grupo. El acoso o “mobbing” también suele darse. Si la superiora toma partido en contra de la víctima, el drama puede ser terrible en la mujer afectada. Y lo peor, si el visitador o vicario de religiosas toma partido por la acosadora. No quiero ni pensarlo. Pero de todo hemos conocido.

Si llegare esta breve crítica al conocimiento de alguna de estas víctimas, que no se inquiete; que no juzgue como gente degenerada a cuantas le rodean, porque el ser humano es muy complejo y en todos existe nuestra parte buena y nuestra parte mala. Pero que tome cartas en el asunto y procure cambiar de lugar o convento. No es tan difícil, y pueden variar las circunstancias y volver de nuevo a la paz y la alegría interior.

La última solución, exclaustrarse; pedir permiso temporal. Pero yo me inclino más bien por el cambio de lugar. Se dan buenos resultados. Y conste aquí mi gran aprecio y veneración por los monasterios contemplativos.


José María Lorenzo Amelibia
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