1.- El pecado es rechazo de Dios. Tal vez en nosotros no se explícito, pero sí puede ser por olvido culpable de nuestras santas determinaciones y propósitos. Se trata de una preterición contra el Señor; de dejarnos imbuir por nuestros pensamientos, por nuestras neuras, por nuestras elucubraciones y aficiones desmedidas.
2.- ¡Fija, Señor, en nuestras almas aquellos criterios sanos sobre el pecado aprendidos en los Ejercicios Espirituales!.
3.- Que el sentimiento de culpabilidad en nosotros no sea algo morboso, sino pacífico, de verdadera compunción, de dolor ante Jesús muerto y resucitado, de deseo animoso de ser mejores.
4.- Líbranos, Señor, de la pérdida de conciencia de pecado.
5.- Confío en tu bondad que has ido al Cielo para prepararnos la morada.
Te recomiendo mi página web http://personales.jet.es/mistica