21 dic 2025
Navidad es Dios entre iguales y ruptura de las asimetrías "debidas"
La Navidad es más que el simbolismo piadoso burgués. Es esencialmente un escándalo teológico: el Dios trascendente traspasa su distancia de la humanidad. No se encarna para reforzar la asimetría entre lo divino y lo humano, sino para desactivarla desde dentro. "Una religión que necesita siervos no ha comprendido al Dios de Jesús".
En la Navidad Dios no se revela en la superioridad, sino en la vulnerabilidad compartida. “No se aferró a su igualdad con Dios, sino que se vació de sí mismo”. La kénosis no es una excepción momentánea; es la forma de ser de Dios. “Dios no es más divino cuanto más distante, sino cuanto más capaz de sufrir con el mundo” (Moltmann).
Jesús habla de amistad y subvierte la lógica de subordinación religiosa. No niega la trascendencia divina; la revela desde la igualdad ofrecida, no desde la dominación. La Navidad es la Gracia de una igualdad nueva que el “mundo” no conoce, fermento provocador de todas las desigualdades indignantes que permean las construcciones humanas.
La Navidad no es un paréntesis emocional. Es una revolución silenciosa que desarma todas las asimetrías: entre Dios y el ser humano, entre autoridad y servicio, entre lo sagrado y lo cotidiano. En el pesebre no hay tronos ni castas ni privilegios. Solo vulnerabilidad compartida.