"Los medios suelen identificar o confundir los 'curas villeros' y los 'curas opp'" Eduardo de la Serna: "La relación entre los curas villeros y el Papa resulta evidente, mientras los curas opp siguen marginales"

Padre Mugica
Padre Mugica

Con el tiempo, y ante la necesidad de señalar 'de quienes se trata' surgió el nombre 'curas en opción por los pobres' (opp). El grupo sigue vivo y con reuniones anuales (la pandemia constituyó una excepción) desde su nacimiento hasta hoy"

"Probablemente aquí radique una de las principales diferencias con los curas opp, ambos con incuestionable amor a los pobres, despliegan diferentes estrategias políticas"

"La injusticia social, el desempleo, la contaminación, la deuda externa, la opresión laboral, los sindicatos, entre otros temas, no aparecen entre los que se escuchan de boca de muchos de los curas villeros"

En los tiempos de la primavera eclesial gestada en torno al Concilio Vaticano II y – más tarde – la asamblea episcopal latinoamericana de Medellín, fueron surgiendo en América Latina diferentes grupos presbiterales: ONIS, en Perú, Golconda en Colombia, Sacerdotes para el Pueblo, en México, y el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, en Argentina, entre otros. Este último grupo, marcó de tal manera ciertos ambientes eclesiásticos que aún muchos años después de su disolución en 1973 se sigue hablando de “sacerdotes tercermundistas” para destacar algunas cualidades, o supuestas, que alaban o critican los emisores según el caso.

El MSTM intentó reencontrarse al año siguiente, pero los esfuerzos fueron infructuosos, especialmente luego del asesinato del cura Carlos Mugica (11/5/74) por las bandas de la derecha de la AAA. Las causas de la disolución fueron amplias, pero sin duda la principal tuvo que ver con la mirada política ante unas elecciones y un gobierno naciente – las primeras sin proscripción del peronismo (derrocado en 1955) – que hubo el 11 de marzo de 1973. Las diferentes concepciones ante el peronismo resultaron, sin duda, decisivas en la fractura.

Carlos Múgica

Es evidente que no había diferencias cuando se trataba de hablar críticamente de la tortura, los presos políticos, la deuda externa, la paz, y temas semejantes, pero sí las había al hablar de propuestas o respuestas posibles: manejo de la economía, políticas sociales, política exterior, etc. Algunos grupos se siguieron juntando, pero ya no en una actitud movimientista, con secretariado, documentos, etc. como lo habían hecho hasta entonces. Fue más bien, en ocasiones, un encuentro “de amigos” y de “amigos de amigos”, como se dijo en ocasiones.

Finalizada la dictadura cívico militar con bendición eclesiástica, las posibilidades de reunirse con un espacio de libertad volvieron a alentar las esperanzas de encuentros. Fue así que se propuso un encuentro de viejos MSTM invitando a los jóvenes para pensar las realidades pastorales a la luz de los nuevos tiempos. Así se concretó un primer encuentro, sin nombre (e incluso sin lista de participantes) en 1986. El buen clima invitó a que se realizara un segundo, un tercero y así fue naciendo un nuevo grupo. Originalmente sin nombre, y expresamente – para no revivir heridas pasadas – no movimientista. Con el tiempo, y ante la necesidad de señalar “de quienes se trata” surgió el nombre “curas en opción por los pobres” (opp). El grupo sigue vivo y con reuniones anuales (la pandemia constituyó una excepción) desde su nacimiento hasta hoy.

Movimiento sacerdotes tercer mundo

Como en el viejo MSTM que reunía curas que trabajaban en barrios, en el campo, con comunidades indígenas, en villas o asentamientos, en la Educación, curas obreros, etc… el grupo de curas opp concita en su seno curas con diferentes orígenes y trabajos pastorales con el único criterio de “amar a los pobres y desear que dejen de serlo”.

En estos tiempos, además, fueron surgiendo otro tipo de grupos afines, y frecuentemente cercanos: el Equipo de Pastoral Aborigen, CRIMPO (Comunidades Religiosas Insertas en Medios Populares), los curas villeros, y – en ocasiones – incluso algunas diócesis en cuyo seno un número muy importante de los curas participaban en opp. Como suele pasar, además, en todo este tiempo hay personas que dejaron de participar, algunos ya no lo hacían, pero seguían en comunicación y comunión, algunos curas dejaron el ministerio, otros murieron, curas nuevos se integraron…

Por ejemplo, la equivocación más frecuente en la que incurren los medios de comunicación es la de identificar o confundir los “curas villeros” y los “curas opp”. Me permito, entonces, una breve aclaración, simplemente para entender. En tiempos del nacimiento del MSTM, varios curas de la Ciudad de Buenos Aires trabajaban estable o temporalmente en “villas miseria” (lo que en Brasil llaman favela, en Uruguay, cantegrill, en Chile, callampas y en Perú, pueblos jóvenes). En este tiempo el Equipo que trabajaba en villas, por ejemplo, hizo una muy importante peregrinación de los pobladores al santuario de la Virgen de Luján que fue muy significativa.

Curas opp

Pero la llegada de la dictadura marcó un quiebre. Como suele hacerlo la derecha, se erradicaron numerosas villas a diferentes regiones de fuera de la Ciudad (al Gran Buenos Aires); en este momento muchos curas decidieron irse con la comunidad (es el caso de Daniel de la Sierra, Jorge Goñi, y otros varios), mientras algunos curas pudieron resistir las topadoras acompañando al pueblo reprimido. Cuando se acercaba el fin de la dictadura hubo una segunda oleada de curas que empezó a ir a las Villas, acompañando a los curas que estaban o dejándose acompañar por ellos.

Así surgió un interesante grupo y aparece el nombre “curas villeros” (recogido por Jorge Vernaza en un excelente libro que los destaca). En esta época, por ejemplo, fue significativa una huelga de hambre (1986) de la que un grupo de varios curas participaron a fin de evitar el nuevo intento de desalojo de la villa 31 (siempre, y hasta hoy, codiciada por emprendimientos inmobiliarios). Quizás lo más significativo, me parece entender, es que ambos grupos de curas villeros tenían la firme disposición de acompañar “los proyectos de la gente” y no “venir a la villa” con proyectos pastorales, o parroquiales. Estar convencidos que el pueblo tiene un proyecto y debe ser acompañado pastoralmente fue un tema central tanto en la pastoral del obispo mártir Enrique Angelelli como de los curas villeros de entonces.

Fue entonces que asume como nuevo obispo de la arquidiócesis de Buenos Aires el actual Papa, Jorge Mario Bergoglio. Él alentó la conformación de un grupo de pastoral villera alentando a que muchos curas fueran a esas comunidades. Esto no ocurrió sin conflicto. Es curioso que, salvo un solo caso, de todos los curas villeros de la “segunda ola” todos dejaron o el ministerio o la arquidiócesis. Este nuevo grupo, muy apoyado por el entonces arzobispo, empezó a tener visibilidad y fue muy acunado por los medios de comunicación (e incluso, se ha de reconocer, por el gobierno de Mauricio Macri). Con el paso de los años se incluyeron al grupo curas presentes en villas miserias del conurbano bonaerense, no solamente de la arquidiócesis de Buenos Aires. Difícilmente se pueda negar su compromiso y amor por los pobres, lo que no significa, necesariamente, coincidir con sus estrategias políticas o pastorales.

Curas villeros

Probablemente aquí radique una de las principales diferencias con los curas opp, ambos con incuestionable amor a los pobres, despliegan diferentes estrategias políticas que quizás puedan resumirse en la conocida frase de dom Helder Camara: “cuando ayudo a los pobres, me dicen que soy un santo; cuando pregunto por qué hay pobres, me dicen que soy comunista”.

Otro elemento característico puede verse en las declaraciones públicas. El grupo de curas villeros es bastante escueto en textos, y casi podría decirse que tienen como mono tema el acuciante problema de la droga. La actitud claramente crítica durante todo el macrismo, por ejemplo, fue evidente en los curas opp y – obviamente – repercutió en el apoyo gubernamental a unos y la negación de otros. La injusticia social, el desempleo, la contaminación, la deuda externa, la opresión laboral, los sindicatos, entre otros temas, no aparecen entre los que se escuchan de boca de muchos de los curas villeros.

En cierto modo pareciera que hoy, la pastoral de los curas villeros se “encarnara” en los que se ha llamado “Hogares de Cristo” (que, aunque el nombre sea idéntico, no es lo mismo que lo generado por el padre Alberto Hurtado, en Chile). La experiencia, en ocasiones, en que los Hogares se les propone a los curas nuevos que llegan a algún lugar no parece condecir con aquello de “hacer el proyecto de la gente”.

Finalmente, resulta sintomático que, durante el macrismo, a los curas opp se los calificaba de “cercanos al Papa Francisco”, especialmente porque el Papa, para estos medios constituía una suerte de adversario del gobierno neoliberal. Curiosamente no se decía lo mismo de los curas villeros que reciben llamados periódicos del Papa mientras no consta que el Obispo de Roma haya llamado telefónicamente o recibido a alguno de los curas opp. Hoy, en los nuevos tiempos, la relación entre los curas villeros y el Papa resulta evidente (como las relaciones con otros grupos o movimientos) mientras los curas opp siguen marginales, con excepciones, para las políticas oficiales. Quizás sea la diferencia entre ser oficialista y ser proféticos.

Papa y Di Paola

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