"La Iglesia no cambia, somos nosotros los que debemos cambiar" Cardenal Sarah: “Nadie puede encontrar una sola palabra o frase mía contra el papa Francisco”

Liberado de su responsabilidad al frente de la Congregación para el Culto Divino desde el pasado mes de febrero, el cardenal Sarah hizo acto de presencia en la Abadía de San Mauricio para presidir la celebración de los mártires de Agaune
“Si queremos entrar en el misterio de la muerte y resurrección de Cristo, no podemos vivir nuestra fe a la ligera. Una fe que rechaza la cruz no es cristiana”, reconoció el purpurado en una entrevista concedida a Cath.ch
“Este año me hace mucha ilusión presidir la fiesta de San Mauricio y sus compañeros. Como santo africano, Mauricio es un modelo a seguir. Prefirió morir antes que obedecer al emperador”, admitió el purpurado
“Este año me hace mucha ilusión presidir la fiesta de San Mauricio y sus compañeros. Como santo africano, Mauricio es un modelo a seguir. Prefirió morir antes que obedecer al emperador”, admitió el purpurado
“Debemos abrirnos pero seguir siendo nosotros mismos. Si me abro a alguien, no debo desaparecer. Debo mantener lo que soy. Como cristiano, sigo siendo cristiano. Abrirse no es sólo buscar un consenso, sino querer intentar hacer crecer al otro, caminar juntos hacia la búsqueda de la verdad”. Así respondía el cardenal guineano Robert Sarah en Cath.ch ante la afirmación según la cual el Papa Francisco invita a no tener miedo a la libertad, ni a la novedad.
Liberado de su responsabilidad al frente de la Congregación para el Culto Divino desde el pasado mes de febrero, el cardenal Sarah sigue siendo miembro, sin embargo, de las Congregaciones para las Causas de los Santos, para la Evangelización de los Pueblos, para las Iglesias Orientales y del Comité para los Congresos Eucarísticos Internacionales. Lo cual implica que sigue teniendo “mucho trabajo”. “Pero yo diría que uso mi tiempo para Dios, primero para rezar más, segundo para leer y tercero para escribir”, reconoció el purpurado en la Abadía de San Mauricio, donde hizo acto de presencia para presidir la celebración de los mártires de Agaune y fue abordado por el portal católico de noticias suizo.
El Abad de San Mauricio ya había invitado a Sarah el año pasado pero la pandemia impidió la visita. “Este año me hace mucha ilusión presidir la fiesta de San Mauricio y sus compañeros. Como santo africano, Mauricio es un modelo a seguir. Prefirió morir antes que obedecer al emperador”, admitió Sarah.

Fama de intransigente
Preguntado acerca del carácter intransigente que se le atribuye, el cardenal, de 76 años, respondió así: “Dios es exigente, porque el amor también lo es. Si se entiende intransigente en este sentido, sí, estoy de acuerdo. Amar de verdad es morir por los demás. Cristo lo dice. La religión cristiana es exigente. No es fácil. Si queremos entrar en el misterio de la muerte y resurrección de Cristo, no podemos vivir nuestra fe a la ligera. Una fe que rechaza la cruz no es cristiana. Cuando Pedro le dijo a Jesús: ‘No, la cruz no es para ti’, Jesús le contestó: ‘Ponte detrás de Satanás’. Otro pasaje dice: ‘Si tu mano derecha te ofende, córtala. Si tu ojo te lleva a pecar, arráncalo’. Esto es inflexible”.
Con la reciente publicación del libro La verdadera Europa: identidad y misión, el Papa emérito Benedicto XVI volvía a tomar la palabra para, entre otras cuestiones, atribuir una causa antropológica a la crisis actual. Sarah se muestra totalmente de acuerdo con la afirmación de Ratzinger: “La crisis es múltiple: de fe, de sacerdocio, de Iglesia, pero sobre todo antropológica, agravada por la ideología de género”, aseveró.

“El hombre se cree capaz de moldearse y crearse a sí mismo. No quiere depender de Dios ni de nadie, excepto de sí mismo. Coincido con Benedicto. Esta crisis es más acentuada en Occidente que en otros lugares, debido al envejecimiento de la población, la evolución de la natalidad y el progreso tecnológico. Queremos mejorar, aumentar al hombre, hacerlo inmortal. Pero son ilusiones. La perfección sólo pertenece a Dios”.
Robert Sarah opina que cuando se toca una herencia, no es para enterrarla, ni para dilapidarla, sino para hacerla crecer. “La tradición no es algo fijo. Evoluciona pero sin desarraigarse. Como un hombre que nace con miembros pequeños que luego crecerán y se desarrollarán. Si cada uno actúa como piensa, sin tener en cuenta su historia y su tradición, nos dirigimos a la anarquía”, consideró el cardenal ante el planteamiento de que la tradición es un proceso dinámico.
Caminar juntos
Si bien caminar juntos es la definición de la palabra sínodo, para el purpurado nacido en Ourous, Youkounkoun, lo que cuenta no es el paseo, sino la búsqueda de la verdad. “La verdad no nace del consenso, nos precede. Si dialogamos, si nos reunimos, es porque buscamos juntos la verdad que nos hace libres”. Y como ejemplo para sus afirmaciones, una referencia al camino sinodal alemán. “No sé a dónde nos llevará. ¿Hacia una reinvención total de la Iglesia? Tomaremos lo que cada uno diga para establecer un consenso. Pero la verdad de la Iglesia está por delante de nosotros. No podemos fabricarlo nosotros”.
Saraha niega que la Iglesia evolucione con el paso del tiempo. “La Iglesia no cambia. Nació del costado traspasado de Cristo en la cruz. Somos nosotros los que debemos cambiar. Si la Iglesia es santa, sólo puede cambiar para ser aún más santa”.
Tampoco se considera Sarah un abanderado de los círculos tradicionalistas, a pesar de que muchos lo ven así. “No, no soy un portavoz. Afirmo lo que la Iglesia católica siempre ha creído y afirmado. Afirmo la doctrina y la enseñanza moral de la Iglesia. No soy ni tradicionalista ni progresista. Enseño lo que los misioneros me enseñaron y algunos murieron muy jóvenes para darme a Cristo. No invento nada, no creo nada. Quiero ser fiel, eso es todo. Dios nos habla como lo hizo con Adán y los apóstoles”.
Otros lo ven como un opositor al Papa Francisco, algo que el purpurado niega tajantemente: “Es una etiqueta que la gente me pone. Pero nadie puede encontrar una sola palabra, una sola frase que haya dicho o escrito contra él”.
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