Bach, sonata en trío, BWV 1036

¡Feliz Domingo de Resurrección y feliz pascua de resurrección! El día de hoy es grande entre los días porque celebramos que la Vida triunfa sobre la muerte. Bach, como todos los domingos, va a poner fondo musical a este día tan lleno de sentido y de luz.

Sigamos, pues, recorriendo la biografía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Bach era un extraordinario músico pero desde el punto de vista práctico puesto que no se le conoce ninguna obra que contribuyese a literatura de la teoría musical. Evidentemente tenía interés en la cuestión pero nunca tuvo la paciencia de ponerse a escribir. Quizá lo que prefirió hacer es plasmar toda la teoría que sabía en sus obras. Así, en 1756 su hijo Carl Philipp Emanuel dijo de El Arte de la Fuga que era «la más perfecta obra práctica de la fuga». En el prefacio de la segunda edición de la obra Friedrich Wilhelm Marpurg escribió: «Nadie ha sobrepasado [a Bach] en el completo conocimiento de la teoría y práctica de la armonía».
Disfrutemos de su Sonata en trío en re menor, BWV 1036. He mencionado antes a C. P. E. Bach y viene como anillo al dedo puesto que esta obra parece ser que es de él en vez de su padre. Fue compuesta cuando el hijo tenía unos diecisiete años (en torno a 1731) y luego fue revisada pasados los años. El Adagio inicial fue mantenido en esa revisión, aunque muy alterado. El segundo movimiento tiene un bajo cromático descendente. El tercero, Largo, en fa mayor del que conservó los primeros dieciocho compases. El final fue compuesto de forma completamente nueva y termina una obra que es una verdadera maravilla.
La partitura de la pieza puede descargarse aquí.
La intrerpretación es de Penelope Spencer y Jorge Jiménez (violines), Jonathan Byers (chelo) y David Roblou (clave).