¡Feliz lunes! Empezamos otra semana más de este mes de noviembre y vamos a hacerlo con la música de un compositor que fascina a todo el que tiene contacto con él, tanto por su vida llena de acontecimientos (algunos de ellos trágicos) como por su música, que se salía de los moldes de la época.

Hoy disfrutaremos de la increíble música de Carlo Gesualdo (1566-1613), compositor italiano nacido en Venosa, de donde era príncipe. Lo que más destaca de su biografía es el asesinato de su esposa, María d'Ávalos, y su amante, Fabrizio Carafa, tras ser sorprendidos por el propio Gesualdo en plena faena. Fue una crimen realmente horrendo pero Gesualdo solo se limitaba a seguir el código de honor, por eso no fue sometido a juicio. Se casó otra vez con Eleonora d'Este a quien también maltrataba e incluso vivía separada de ella; Gesualdo no estaba predestinado el matrimonio. En Ferrara tenía un conjunto de mujeres, el concerto delle donne, quienes interpretaban para él. Casi siempre estaba deprimido y su espíritu era de lo más turbulento, algo que se aprecia en su música.

Para el oficio de tinieblas del Sábado Santo el maestro compuso el responsorio de hoy, titulado Aestimatus sum, a cinco voces. Fue publicado en 1611 (dos años antes de morir) en su obra Responsoria et alia ad Officium Hebdomadae Sanctae spectantia. La obra fue estrenada en al castillo del propio Gesualdo y es muy posible él fuese el único oyente de la misma. La composición goza de esa inquietante serenidad de la que constan las piezas del maestro. Es una obra plenamente enraizada en la liturgia pero da la sensación de que la trasciende y que fuese más allá de unos límites tras los cuales empujaba la modernidad. La polifonía es puesta en tensión, la cual destaca aún más teniendo en cuenta que en el Sábado Santo Cristo está muerto y nosotros entristecidos por ello.

La partitura de la pieza puede descargarse aquí.

La versión es del conjunto Graindelavoix dirigido por Björn Schmelzer.