Navidad en verano

Quaeramus, Cabezón

¡Feliz lunes! Puedo parecer osado (o loco) trayendo música navideña en este tiempo de canícula. En realidad, no es directamente navideña sino que de música relacionada con ese tiempo recibe su inspiración y su guía. Sea como fuere, vamos a escuchar una música de altísima calidad que proviene de un compositor español como la copa de un pino. Vamos a maravillarnos una vez más con él.

Castrillo Mota de Judíos

Recibamos a Antonio de Cabezón (1510-1566), compositor español nacido en la localidad burgalesa de Castrillo Mota de Judíos. Felipe II tenía en tan alta estima a Cabezón que hizo a su pintor de cabecera, Sánchez Coello, pintar un retrato de su maestro de capilla ciego. En una de las tumbas halladas en un solar anexo (un antiguo claustro) a la basílica de San Francisco el Grande de Madrid se encontró el siguiente epitafio: «En esta sepultura yace aquel ingenio esclarecido, Antonio, gloria del primer rango de los organistas. Cabezón, su apellido, ¿a qué nombrarlo si su noble fama vive en la tierra y en los astros vive? Murió, ay, llorándolo la corte del real Felipe entera, tan rara era la joya que ha perdido». Músico importante y músico algo olvidado en nuestra querida patria...

Disfrutemos de su obra titulada Quaeramus Moton, que se basa en el motete Quaeramus cum pastoribus de Jean Mouton. Se trata de una glosa del mismo motete. Una glosa no es más que una versión algo libre de una pieza basada en otra composición. El motete original del francés lo vamos escuchando a la vez que Cabezón introduce un serie de disminuciones entre sus notas, es decir, notas de valor breve que van adornando dicha melodía original. La composición requiere de una gran fluidez al teclado para que la polifonía de Cabezón puede ser perfectamente audible. El burgalés divide la composición en tres partes aprovechando las sendas partes en las que el francés parte su composición original. Una maravilla de nuestro maravilloso patrimonio.

La partitura de la obra puede descargarse aquí (página 37 del pdf).

La interpretación es de Juan de la Rubia al órgano.

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