Salve, estrella del mar

¡Feliz sábado! Ahora que casi llega el verano (astronómicamente hablando, porque la calor ya se nos ha introducido de pleno) seguro que visitaremos el mar con más asiduidad. Puede ser interesante encomendarnos a la que es Estrella de todos los mares, para que nos proteja en este tiempo que se nos avecina.

En la música medieval, es toda una institución Guillaume Dufay (1397-1474), compositor franco-flamenco nacido en la región de Brabante. De sencillo niño de coro en la catedral de Cambrai pasó a ser uno de los compositores europeos dominantes, liderando la capilla papal y colaborando con Brunelleschi y Donatello. Cuando su voz cambió le fue concedida una capellanía y se formó musicalmente con Malin y Loqueville. Parece ser que asistió al Concilio de Constanza y eso enriqueció de forma increíble su música, especialmente en cuando a su contacto con la música inglesa. Parece ser que en 1428 se ocupó de la capilla papal, con buen salario y un patronazgo que favorecía la presencia de música en casi todos los actos que rodeaban al papa.
Disfrutemos de su motete Ave Maris Stella. En este caso, solo vamos a escuchar el primer versículo y observaremos cómo las voces caminan en paralelo en una técnica muy utilizada en la Edad Media. A pesar de todo, Dufay también nos hace dirigir la mirada hacia ese incipiente renacimiento, en el que florecería una increíble polifonía, cosa de la que él mismo fue un auténtico protagonismo. Un verdadero y breve bombón para refrescar nuestros sentidos.
La interpretación es de La Capella Reial de Catalunya y Hespèrion XXI dirigidos por Jordi Savall.