El ángel habló

¡Feliz jueves! Ya ayer atravesamos el pórtico de la Cuaresma y vamos a adentrarnos en ella con música que salió de la mano de uno de nuestros maestros que ha caído injustamente en el olvido. Poco a poco se van recuperando obras suyas pero no al ritmo que debería, pero menos da una piedra. Las palabras que usó son esas terribles (por lo impresionante) del Apocalipsis en las que el ángel profetiza y relata cómo todo quedará consumado tras la victoria de la Vida sobre la muerte.

Es posible que no sea la primera vez que viene por aquí Ambrosio Cotes (c. 1550-1603), compositor español nacido en la localidad valenciana de Villena. Estudió en su localidad natal y más o menos en 1573 lo tenemos de clérigo en Santiago, donde fue maestro de capilla desde 1576. Como otros grandes maestros, fue solicitado por diversas catedrales y continuó en la Capilla Real de Granada, pasando luego a Valencia y finalmente en Sevilla. Ya en Valencia mostró su deseo de retirarse debido a su precaria salud pero ahí no lo consiguió sino en la metrópoli hispalense (en la que sucedió a Francisco Guerrero como maestro de capilla de la seo). Debido a ello su salario se vio reducido a la mitad pero quizá no le importó demasiado porque realmente no se encontraba bien de salud. Su calidad como músico fue atestiguada nada menos que por Lope de Vega, quien en su «Auto del Hijo Pródigo» citó a Ambrosio Cotes, Juan de Riscos y Alonso Lobo como los tres mejores compositores españoles de su tiempo. ¡Casi nada!

De este desconocido maestro te traigo su motete Vidi angelum habentem Evangelium. Está escrito a siete voces y narra el fragmento del capítulo 14 del Apocalipsis en el que el ángel invita a temer a Dios y a darle gloria porque el juicio ha llegado. Curiosamente es una pieza para el día de san Vicente Ferrer, patrón valenciano y a quien Cotes quiso honrar con su música. En esta pequeña obra podemos apreciar cuán grande era el arte de este maestro universal y todo lo que nos perdemos mientras no lo conozcamos mejor.

La interpretación es de Victoria Musicae dirigido por Josep R.Gil-Tàrrega.

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