El disfrute de amor

¡Feliz martes! El amor bien entendido es un continuo disfrute porque es una donación gratuita que es la que impulsa nuestra vida. La música es una constante manifestación del amor, como en el caso de hoy, proveniente de un gran maestro.

Hoy nos visita Jean-Baptiste Lully (1632-1687), compositor francés de nacimiento italiano en Florencia; su nombre original era Giovanni Battista Lulli. Este creador de la tragedia lírica y gran iniciador de la ópera en Francia tuvo una muerte trágica. El rey Luis XIV había sufrido una penosa operación de una fístula de la que consiguió recuperarse de forma adecuada. Para darle gracias a Dios, Lully intepretó su Te Deum. Era costumbre dirigir las obras con un largo bastón para marcar el compás. Lully estaba dirigiendo de una forma tan vehemente y enérgica que se dio un fuerte golpe en un dedo del pie, produciéndole una aparatosa herida; esta dio lugar a la gangrena. La idea de Lully era seguir dedicándose a la danza por lo que no quiso que se le amputase el pie y terminó muriendo. Dejó viuda y seis hijos y una herencia de más de seiscientas mil libras, un patrimonio nada desdeñable en su época.
Una de esas tragedias líricas (aunque el compositor la titulo de pastoral heroica) es Acis et Galatée. Fue estrenada en el castillo de Anet en 1686 y su libreto está inspirado en la mitología griega (concretamente a partir de Ovidio, con un libreto de Jean Galbert de Campistron) fue un encargo que el duque de Vendôme le hizo a Lully para regalárselo al gran delfín. La ópera solo tiene cuatro personales: Galatea, Acis, Polifemo y Neptuno. La música es barroco francés puro y duro y vamos a escuchar la escena del tercer acto titulada Sous ses lois l'Amour veut qu'on jouisse. La música es encantadora.
La interpretación es de Les Musiciens du Louvre dirigido por Marc Minkowski.