¡Feliz sábado! La música puede ser una buena aliada para darnos consuelo y compañía en estos tiempos de pandemia. También nos da produndidad, especialmente la religiosa aunque no tiene por qué. La que se dedica a la Virgen a veces es muy interesante porque la ven como una novia, siguiendo el símil del Cantar de los Cantares. En este tema nos vamos a encuadrar con la obra de hoy.

Su compositor es Philippe de Monte (1521-1603), compositor flamenco nacido en Malinas. Es probable que recibiese su primera formación en su localidad natal. En 1554 lo tenemos en Inglaterra, en los esponsales de Felipe II con María Tudor. Por esas fechas, el duque Alberto V de Baviera dijo que de Monte era uno de los cantores mejores de los Países Bajos y un experto en la llamada musica reservata, es decir, aquella compuesta con un refinamiento casi extremo. Fue también conocido en los círculos venecianos debido a que sucedió a Willaert como maestro de capilla de San Marcos en 1562. Parece ser que estuvo relacionado con la familia Orsino y también con los Medici. Rn 1568 fue nombrado maestro de capilla de la corte de Maximiliano II sucediendo a Jacobus Vaet. En agradecimiento a sus servicios fue premiado con el nombramiento de tesorero de la catedral de Notre Dame de Cambrai.

Escuchemos su motete Pulchra es et decora, con texto del Cantar de los Cantares. Dicho texto pertenece a la liturgia de la Asunción, por lo que el motete pudo haberse compuesto con ese motivo. Nos habla de una bella hija de Jerusalén, que podemos identificar de forma alegórica con la Virgen. La característica de la obra que es más destacable es que de Monte compone dos cánones a dos voces dentro de la este bello motete, por lo que sí podemos decir que esta obra se encuadre dentro de esa música reservata ya que esto nos dice de cuán alto era el artificio de de Monte a la hora de componer pero cómo la música fluye de la forma más magistral.

La interpretación es de Capilla Flamenca y Oltremontano dirigidos por Bart Demuyt.