¡Feliz martes! La musica del réquiem suele se muy emocionante por lo que toda la celebración conlleva. Hoy vamos a escuchar un pequeño fragmento de una composición magna de un magno maestro de nuestro país. Es un polifonista reconocido.

Estoy hablando de Cristóbal de Morales (h. 1500-1553), compositor español nacido en Sevilla; es probable que muriese en la localidad también sevillana de Marchena (o quizá en Málaga). Se formó en su ciudad natal probablemente con Francisco de Peñalosa, y allí fue organista y pudo conocer al maestro Nicolás Gombert, el compositor flamenco de Carlos V. Luego fue maestro de capilla de la catedral de Ávila para pasar luego por un largo periodo en Italia, donde fue miembro de la capilla papal de Pablo III. Regresó a España y trabajó en distintas catedrales. Tenía fama de ser un perfeccionista con los miembros del coro, lo que le valió la enemistad de muchos, al igual que con los canónigos de la catedral de Málaga. Está considerado como el mejor compositor español de comienzos del siglo XVI, sucedido en este aspecto en la segunda mitad del siglo por Tomás Luis de Victoria.

Una de sus grandes composiciones es la Missa pro defunctis a cinco voces. Fue publicada en 1544 en su Missarum Liber Secundus dedicado al papa anteriormente citado y no se sabe muy bien el motivo por el que esta obra fue compuesta. Hay quien dice que puede ser para las ceremonias fúnebres por la muerte de la mujer de Carlos V, Isabel de Portugal. Sin embargo, la obra era tan conocida que llegó a ser interpretada en México (en 1559 y 1598) por las exequias tanto de Carlos V como de su hijo Felipe II. De esta composición vamos a escuchar el fragmento del Lux Aeterna, cantado en el momento de la comunión durante las exequias.

La partitura de este fragmento puede descargarse aquí.

La interpretación es de The Gesualdo Six.