Ha muerto el rey Felipe
¡Que no cunda el pánico! No se trata de ningún rey actual sino del rey Felipe II. Hoy te traigo una obra compuesta específicamente para los funerales del monarca. Es una pieza llena de emoción, de austeridad y de, por qué no, tristeza por alguien que se va, aunque sea un rey. La serenidad contenida de las notas de la polifonía sirven para realzar aún más su belleza.
Siendo Cotes maestro de capilla en la catedral de Valencia escribió el motete a siete voces titulado Mortuus est Philippus Rex. En la partitura, que se conserva en el Colegio del Patriarca de la capital, figura la siguiente inscripción: In exequiis Catholici Regis Philippi ij, es decir, "Para las exequias del rey católico Felipe II". Obviamente, no las compuso para los funerales en sí, que tuvieron lugar en Madrid los días 18 y 19 de octubre de 1598. En ellos la música, dirigida por el maestro de capilla Adrián Capy, sería elegida por este, quien también compuso específicamente para los funerales. La obra de Cotes se compuso para los que se celebraron en Valencia (como en otros lugares) para honrar la memoria del monarca.
Como puedes ver, la obra es de una austeridad propia de una pieza fúnebre pero también de una solemnidad adecuada para un monarca. El texto de la obra es el siguiente:
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Murió el rey Felipe
y todo el pueblo lloró con gran llanto
y guardaron luto muchos días
y dijeron: Cómo cayó el poderoso que guardaba a salvo a su pueblo.
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Aquí te ofrezco este motete funerario interpretado por el conjunto A Sei Voci, junto con Les Sacqueboutiers de Toulouse y el Choeur Philippus Rex Hispaniae dirigidos por Bernard Fabre-Garrus.