María-José Peña: ¡Ruido y desconcierto de pretendientes presidentes!

No hay debate, hay combate.

Amigos Universitarios Catalanes de Susana Beltrán García y Rafael Arenas García

Aturdidos ante el triste espectáculo de este debate electoral, lo lamentamos contigo desde Bruselas, querida María-José: ¡Ruido y desconcierto de pretendientes presidentes! 
Nos preguntamos contigo si estos debates sirven para algo. ¿Es razonable que ante el fuego de nuestra casa común los bomberos se peleen en lugar de apagarlo?
Salvador García Bardón
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María-José Peña

Hoy hemos visto un debate con mucho ruido, con mucha furia, con poca densidad política y con escasos modos.

Pedro Sánchez ha demostrado, a mi juicio, carecer de la altura política y moral para ser el Presidente de todos. No es convincente. Es quejumbroso e impertinente, sin firmeza y con escasa empatía. Le falta seriedad política. Es ñoño. No confiábamos en otra cosa. Pero duele verlo cuando se trata del Presidente del Gobierno de tu país. Y se lamenta que pudiera volver a serlo.

Albert Rivera se ha mostrado apresurado, demasiado contundente, agresivo, lleno de ganas de atizar en la cara, demasiado fiero, bastante incorrecto… a mi juicio le falta todavía madurez y serenidad. La prisa le conduce por el camino de un efectismo inadecuado, impropio. Aunque le necesitemos. Por ello le rogamos un poco de calma, reflexión y serenidad. En este momento trágico que vive la Historia de España, él y su Partido deben tener gran protagonismo. Su valía, Sr Rivera, es indiscutible, no la malogre. Es uno de nuestros principales activos, así que haga un esfuerzo, un debate no es un ring; alcanzar la Presidencia del Gobierno tampoco puede ser una apresurada aventura que luego iremos recomponiendo según necesidad.

Pablo Iglesias está transformado y eso nos mueve a la desconfianza. Su defensa de la Constitución, su llamada al orden, a la corrección y a la educación a sus adversarios, Sánchez y Rivera, su defensa de la Ley y los Jueces, su tono santurrón… ¿qué ocurre?. ¿qué esconde?. ¿qué pretende?. ¿Como pretende defender la “mesura” que ha arramblado constantemente?. ¿Por qué cambia su provocación por ese supuesto “entendimiento” de todos propio de la Srta. Pepis?. Ya, hace mucho tiempo, Pablo Iglesias arruinó la esperanza que un día encarnó y la confianza que entre algunos conservó. Ese cambio es sólo estrategia; es consciente de la repulsa que provoca su figura, su actitud, sus compañeros, sus propuestas… pero quiere seguir.

Pablo Casado, ha tenido excesos verbales que se empeña en difuminar. Tiene contradicciones flagrantes entre lo que dice y lo que aún existe en muchos ámbitos de su Partido . Tiene en su contra que no se puede ser del todo nuevo viniendo de lo viejo, pero hoy, hay que decirlo, es el que ha tenido mejor comportamiento. Sin embargo su Partido crea un recelo que ni algunas extraordinarias figuras del mismo logran disipar. Pero también le necesitamos. Hay que cambiar muchísimo las cosas y todo ello no se puede hacer sólo. Creo que sabe qué se debe hacer con otros y durante mucho tiempo. La necesaria lealtad entre socios es lo que me preocupa.

No sabemos qué podríamos decir de Abascal, si hubiera comparecido y le hubiéramos visto comportarse. No lo sabemos. Y temo que esta ausencia sólo le haya dado los votos que otros no se han ganado.

Y, tristemente, eso ha sido todo.

Me pregunto si estos debates sirven para algo.


Creo que los candidatos no acuden a explicar y comparar sus Programas. No hay debate, hay combate. Sale lo peor de cada uno. Y eso no deberíamos verlo. Porque les necesitamos, porque España les necesita.


Acuden a insultarse y salen de allí odiándose. No todos en la misma medida, es cierto. Y nos dejan a todos sumidos en la vergüenza, el malestar y el desconcierto.
No hay nada peor que ver a los que tienen que dirigir tu país, emponzoñados en reproches y zancadillas. ¡Se pierde la confianza!


¿Cómo vamos a poder votarles cinco días después?. Y, sin embargo, deberemos hacerlo. Votaremos a quién creamos mejor, ¿qué vamos a hacer?. Y confiaremos y apoyaremos las alianzas que sirvan para llamar al progreso, a la unidad y a la igualdad de todos los españoles.

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