Os invito a meditar sobre unas cuantas frases que nos llegan desde Argentina, con ocasión de su Feria del libro de Buenos Aires:
"Cuando el poder no lee, el poder no piensa. Las dictaduras militares se negaron a leer. Como los comandantes no leían, lo único que los afectaba era lo que oían. Y, por lo general, oían lo que querían. Con el poder iletrado no hay diálogo posible: sólo obediencia y monosílabos...
Junto con océanos de informaciones por procesar y de libros por leer, la globalización ha engendrado a la vez abismos de desigualdad que antes eran imposibles de imaginar, porque lo que se globaliza es el mercado, no las personas. Una quinta parte de la población del mundo sigue sin tener acceso a forma alguna de educación, y más de tres quintas partes no pueden comprar libros, porque la comida, la vivienda y la ropa están primero en la lista básica de las familias y, con frecuencia, lo que se gana ni siquiera alcanza para eso. Mil quinientos millones de personas carecen hoy de agua potable y más de mil millones viven hacinados en casas miserables, indignas de la condición humana. Mil millones de personas no saben leer ni escribir...
La vida durante el mandato de Clinton era casi paradisíaca comparada con esta época de mentiras de Bush. Es una época belicosa para mantener en alto el prestigio de un régimen que se descascara por las mentiras evidentes, como le ocurrió a la dictadura militar argentina", Tomás Eloy Martínez (Tucumán, 1934.)