Todos los cristianos somos “Sembradores de esperanza” (Día del Seminario 2025). Especialmente los responsables de las comunidades, conforme a la vocación y tarea encomendada 2º Domingo de Cuaresma C (16-03-2025): Amigos de la cruz de Cristo

Confianza en el amor del Padre y ayuda al necesitado, pilares de la vida cristiana

Comentario:manteneos en el Señor, queridos” (Flp 3,17-4,1)

La Iglesia de Filipos es femenina por origen, número de mujeres y por reunirse en casa de una mujer: “El sábado salimos de la ciudad y fuimos a un sitio junto al río, donde pensábamos que había un lugar de oración; nos sentamos y trabamos conversación con las mujeres que habían acudido. Una de ellas, que se llamaba Lidia, natural de Tiatira, vendedora de púrpura, que adoraba al verdadero Dios, estaba escuchando; y el Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo. Se bautizó con toda su familia y nos invitó: «Si estáis convencidos de que creo en el Señor, venid a hospedaros en mi casa». Y nos obligó a aceptarEntonces ellos salieron de la cárcel y fueron a la casa de Lidia y, después de ver y animar a los hermanos, se marcharon” (He 16, 13-15.40). Eso explica la cordialísima relación con Pablo, hasta llegar a enviarle ayuda personal y económica (Flp 4,16-19).

Pablo valora su paso de judío ejemplar a seguidor de Jesús:todo lo considero pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo y ser hallado en él, no con una justicia mía, la de la ley, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe” (Flp 3,8-9). Ahora está en camino: “No es que ya lo haya conseguido o que ya sea perfecto: yo lo persigo, a ver si lo alcanzo como yo he sido alcanzado por Cristo. Hermanos, yo no pienso haber conseguido el premio. Solo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, hacia el premio, al cual me llama Dios desde arriba en Cristo Jesús” (Flp 3,12-14).

Desde la alegría de seguir a Jesús, invita:Hermanos, sed imitadores míos (Συνμιμηταί: sinmimetai mou: co-imitadores de mí) y fijaos en los que andan según el modelo (τύπον) que tenéis en nosotros” (v. 17). Después escribe: “Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis, visteis en mí, ponedlo por obra. Y el Dios de la paz estará con vosotros(Flp 4,9). En otras cartas: “vosotros seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, acogiendo la Palabra en medio de una gran tribulación, con la alegría del Espíritu Santo. Así llegasteis a ser un modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya(1Tes 1,6-7). “Sed imitadores míos como yo lo soy de Cristo” (1Cor 11,1; 4,16).

La imitación de Pablo, igual que el seguimiento de Jesús, implica dos opciones:

a) ser “amigos de la cruz de Cristo”:Porque -como os decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos- hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo” (v. 18). Como Jesús: “si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga” (Mt 16,24). La cruz de Cristo es la cruz del Amor, “fuerza y sabiduría de Dios”: “Nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados -judíos o griegos-, un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios” (1Cor 1,23-24). Los enemigos de “esta cruz” no se realizan: “su paradero es la perdición”. Unos esclavizados por su estómago: “su Dios, el vientre (ἡ κοιλία: el estómago)”. En otro lugar: “Pues estos tales no sirven (οὐ δουλεύουσιν: no sirven como esclavos) a Cristo nuestro Señor sino a su vientre (κοιλίᾳ: a su estómago), y a través de palabras suaves y de lisonjas seducen los corazones de los ingenuos” (Rm 16,18). Otros se pierden porque:su gloria, sus vergüenzas (lit.: la gloria en su vergüenza)”. Su “vergüenza”, el prepucio circunciso: “Los que buscan aparecer bien en lo corporal son quienes os fuerzan a circuncidaros; pero lo hacen con el solo objetivo de no ser perseguidos por causa de la cruz de Cristo. Pues ni los mismos que se circuncidan observan la ley, sino que desean que os circuncidéis para gloriarse en vuestra carne” (: se sienten orgullosos de vuestra carne) (Gál 6,12-13). Otros:solo aspiran a cosas terrenas (lit.: sólo piensan en lo material)”, centrados en la riqueza.

b) “mantenerse en el Señor, queridos”: “Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo.Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos” (3,20-21 y 4,1). Como la carta a los Colosenses: “aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra” (Col 3,2). Eslo que pide Jesús: “permaneced en mi Amor” (Jn 15,9). Confiar en el Amor de Dios y ayudar al necesitado son los pilares de nuestra vida.

ORACIÓN:manteneos en el Señor, queridos” (Flp 3,17-4,1)

Jesús que “guías y completas nuestra fe” (Hebr 12,2):

como tú, queremos ser “sembradores de esperanza”;

queremos sercoimitadores tuyos y de Pablo;

y fijarnos en los que andan según el modelo

 que nos habéis ofrecido” (Flp 3,17).

Pablo dice estar cruzado por tu Amor, Jesús:

Estoy crucificado con Cristo;

vivo, pero no soy yo el que vive,

es Cristo quien vive en mí.

Y mi vida de ahora en la carne,

la vivo en la fe del Hijo de Dios,

que me amó y se entregó por mí” (Gál 2,19b-20).

Vivir en ti, Cristo, es vivir en tu Amor:

donde encontramos la fuente y la guía más limpias;

oyendo tu Espíritu, sintonizamos contigo, Jesús Amado;

actuando como tú, nos dejamos guiar por el Amor;

abrazando tu cruz y tu alegría nos realizamos humanamente.

Perdona, Jesús, nuestro “andar como enemigos de tu cruz”:

hasta nuestra oración está viciada de egoísmo:

siempre pidiendo por los nuestros;

solicitando a todos que pidan por nosotros;

comerciando con donativos a cambio de tus favores...;

a veces, también “nuestro Dios es el estómago”:

viviendo para comer y beber sin control;

dándonos todo tipo de caprichos innecesarios;

poniendo en peligro la salud sin necesidad;

nuestra gloria es, con frecuencia, nuestra “vergüenza”:

exhibiendo lujos, venganzas, abusos…;

aparentando virtudes que no tenemos;

humillando a los débiles y pobres;

también “solo aspiramos a cosas terrenas”:

sin mirar a los que no tienen para vivir;

pensando en ser famosos a costa de todo;

buscando saber para dominar y esclavizar…

Queremos, Jesús, revisar la vida desde tu Amor:

pusiste como centro de tu vida el Amor del Padre:

            amor que cura y alimenta,

            amor que da y respeta la dignidad humana,

            amor que convive en fraternidad…;

estos ideales son voluntad del Padre del cielo:

            son “justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo;

el que sirve en esto a Cristo es grato a Dios,

y acepto a los hombres” (Rm 14,17).

Desde este Amor podemos discernir:

nuestro compromiso personal y comunitario por:

“los derechos y deberes universales e inviolables:

por todo lo que el ser humano necesita para vivir

una vida verdaderamente humana,

como son el alimento, el vestido, la vivienda,

el derecho a la libre elección de estado

y a fundar una familia,

a la educación, al trabajo, a la buena fama,

al respeto, a una adecuada información,

a obrar de acuerdo con la norma recta de su conciencia,

a la protección de la vida privada

y a la justa libertad también en materia religiosa” GS 26).

Ayúdanos, Jesús, a volver a tu evangelio:

a sentirnos amados por el Misterio divino, que es Amor;

a dialogar con todos y aceptar lo bueno, lo verdadero, lo justo...;

a dar la cara por defender los derechos y deberes humanos;

a seguir tu ejemplo, el de Pablo y el de tantos seguidores del “camino”.

rufo.go@hotmail.com

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