Para defender la ley no pueden violentarse los textos bíblicos ni negar la libertad que respira la 1ª Corintios: “Acerca de los célibes no tengo precepto del Señor” (1Cor 7,25a) Hablemos claro sobre la ley del celibato

La ley actual del celibato no respeta la libertad que propone el Nuevo Testamento

Siempre que hay alguna noticia sobre la ley del celibato, saltan medios conservadores exponiendo, dicen, “lo que la Iglesia primitiva enseñó sobre el celibato sacerdotal”. El artículo, al que aludo, procede del portal conservador “LifeSiteNews”, asociado con el similar español “Infovaticana”. La prioridad editorial de ambos, dicen, es desenmascarar a los que quieren “descristianizar Occidente...”. Desde luego no lo harán con verdades a medias o falsedades claras.

Por ejemplo, lo que dicen sobre el sínodo: “el movimiento sinodalista reclama convertir la Iglesia en un parlamento y someter a votación las verdades de fe” (“El Papa degrada el Sínodo y lo convierte en un parlamento”. Redacción infovaticana 26 abril, 2023). No es lo mismo “verdades de fe” que disciplina o ley. Nadie de la Iglesia, mínimamente documentado, puede proponer que una verdad de fe dependa de la voluntad de los convocados en la Iglesia. Algo similar ocurre con la ley celibataria: sostienen que esta ley es “doctrina” evangélica.

Así comienza esta desautorización al Papa Francisco: “El tema del celibato clerical es planteado a menudo por el Papa Francisco, pero no es algo que se pueda cambiar por capricho personal, ya que sus orígenes se remontan a los Evangelios” (Miquel 26.03.2023 https://www.lifesitenews.co...). Y nos invita: “Escucha este artículo: Más allá de las palabras. Ciudad del Vaticano ( LifeSiteNews ).

El artículo empieza planteando el tema:

“En una entrevista reciente concedida para conmemorar su década en el trono papal, Francisco repitió algunas de sus frases habituales sobre el celibato sacerdotal, insinuando futuros movimientos para socavar la enseñanza tradicional de la Iglesia. `No hay contradicción para que un sacerdote se case´, dijo. `El celibato en la Iglesia occidental es una prescripción temporal: no sé si se resuelve de un modo u otro, pero es temporal en ese sentido; no es eterna como la ordenación sacerdotal, que es para siempre, te guste o no´. Al señalar el celibato como `una disciplina´, el Papa respondió afirmativamente cuando se le preguntó si tal regla `podría ser revisada´. Francisco ha hecho regularmente tales comentarios a lo largo de su papado, lo que llevó a los medios de comunicación a especular si la enseñanza católica sobre el celibato clerical podría ser la próxima en la línea de corte papal. Sin embargo, examinar los orígenes del celibato clerical en los primeros siglos de la Iglesia resalta la belleza y el significado de la enseñanza de la Iglesia sobre el tema” (Más allá de las palabras. Ciudad del Vaticano. LifeSiteNews )

Como puede verse, el lenguaje es poco evangélico. Llamar “trono papal” al servicio de Pedro está lejos del espíritu evangélico. Está en lo que Jesús quiso eliminar de su Iglesia: gobernar como los “jefes de los pueblos, los grandes, los reyes de las naciones, los que ejercen autoridad...Vosotros no hagáis así”. (Lc 22,25s; Mc 10, 42s; Mt 20,26s). Igual, suponer que el Papa “insinúa futuros movimientos para socavar la enseñanza tradicional de la Iglesia”, es faltar a la verdad. El Papa pretende aclarar lo que es doctrina y lo que es disciplina. Esta ley, dice el Papa, “es temporal”. Algo indudable: surgió en el segundo milenio. Y no como imperativo evangélico, ni cono un mandato de Jesús. En la misma Iglesia católica hay leyes diversas sobre el celibato.

También es muy discutible que “examinar los orígenes del celibato clerical en los primeros siglos de la Iglesia resalta la belleza y el significado de la enseñanza de la Iglesia sobre el tema”. Creo que, al revés, cuando se estudian “los orígenes del celibato clerical en los primeros siglos de la Iglesia” se encuentra la ignorancia yla superstición sobre el significado humano y religioso de la sexualidad. Además dicha disciplina o ley se apoya en la disciplina sacerdotal del Antiguo Testamento, como si el sacerdocio de Jesús fuera continuación del sacerdocio levítico.

La ley actual del celibato no respeta la libertad sobre el casamiento que propone el Nuevo Testamento. En primer lugar, Jesús, cuando “los discípulos le replicaron: «Si esa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse». Pero él les dijo: «No todos entienden esto, solo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos ellos mismos por el reino de los cielos. El que pueda entender, entienda»” (Mt 19,10-12). El evangelio sólo dice que “hay” varios tipos de célibes, no leyes. Ni siquiera insinúa que él es uno de ellos, cuando sería lógico que lo hiciera. Sólo dice que hay célibes “que se hacen eunucos ellos mismos por el reino de los cielos”, sin ley alguna, que les imponga tal exigencia ni que les obligue a mantenerse en tal estado durante determinado tiempo.

El articulista cree ver “primeras evidencias del sacerdocio célibe en la llamada de Cristo a los Apóstoles (Mateo 19,27; Lc 18, 29). Es otra falsedad. Ahí para nada se habla de “sacerdocio” y menos de “célibe”. Dice que “habían renunciado así a la alegría del matrimonio en aras de responder desinteresadamente a la llamada de Dios para servir como sacerdotes y obispos al Cuerpo Místico de Cristo”. Es difícil decir tantos disparates desde la exégesis y teología evangélicas.

Otros disparates:

- “En épocas muy tempranas esta llamada al celibato `significaba en sentido estricto la imposibilidad de contraer matrimonio una vez recibida una Orden superior´. En ese momento, a los hombres casados se les permitía ser ordenados a ese estado santo, pero solo con la condición de que se hicieran `eunucos por causa del reino de los cielos´ (Mateo 19,12)”. 

- “Pero San Pablo expresó su preocupación por las dificultades que enfrenta un clérigo casado: `El hombre casado está ansioso por los asuntos mundanos, cómo complacer a su esposa, y sus intereses están divididos´ (1Corintios 7,32)”. 

Ni los evangelios ni san Pablo conocieron a clérigos eclesiales de ninguna clase. Tanto los evangelios como Pablo hablan sobre la llamada de Jesús a seguirle de forma radical. Buscando el reino de Jesús con todo el corazón, y su justicia, es decir, su amor. Esta tesis ya la propusieron los rigoristas del siglo II que empezaron a exigir a todos los cristianos la continencia (“enkrateia”) sexual: encratismo, gnosticismo, montanismo... A esta tesis falsa se apuntaron algunos dirigentes eclesiales, ya en el siglo IV, para exigir continencia sólo a los sacerdotes casados. “Una persona, decían, no puede estar casada y ser perfecta”. El sexo vuelve impura a la persona. El Papa Siricio justifica la continencia clerical con un texto de Pablo, interpretándolo mal: “los que están en la carne no pueden agradar a Dios” (Rm 8.8). “Reducir la significación de `carne´ a lujuria es falso y peligroso.. Para Pablo tampoco la `carne´ es lo mismo que `pecado´, ya que el mismo Cristo vivió en la `carne´ (Rm 8,3; 2Cor 5,16)” (Diccionario Bíblico. Edit. Claret. Barcelona 1975, término “carne”). Para defender la ley no pueden violentarse los textos bíblicos y negar la libertad que respira el capítulo siete de la primera carta a los Corintios: “Acerca de los célibes no tengo precepto del Señor” (1Cor 7,25a).

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