Para nosotros la vida es un don, un regalo. A nosotros ha llegado el testimonio de Jesús de Nazaret: él vive “para ser buena noticia para los pobres, liberar de las esclavitudes, abrir los ojos a los ciegos, y anunciar el tiempo de gracia del Señor” (Lc 4, 18-21). Pidamos incorporarnos a su vida diciendo: “queremos compartir tu vida, Señor”.

Por la Iglesia:
- que promueva la verdad de las cosas, la vida para todos, la paz...;
- que tenga la paciencia de Jesús, buscando el bien de las personas.
Roguemos al Señor: “queremos compartir tu vida, Señor”.

Por la celebración del Adviento:
- que meditemos la “gracia en que estamos”, el Espíritu que nos habita;
- que nos abra el corazón a la acogida, al perdón, a la libertad...
Roguemos al Señor: “queremos compartir tu vida, Señor”.

Por nuestra sociedad:
- que esté despierta, vigilante, atenta a la vida;
- que escuche a los que más sufren y les atienda.
Roguemos al Señor: “queremos compartir tu vida, Señor”.

Por el mundo del trabajo:
- que exista solidaridad, justicia, convenios adecuados;
- que todos nos ayudemos a vivir, a trabajar honradamente.
Roguemos al Señor: “queremos compartir tu vida, Señor”.

Por los enfermos, accidentados, sin techo...:
- que sientan el Espíritu de energía y buen juicio que les habita;
- que nos sientan cercanos, comprensivos, colaboradores.
Roguemos al Señor: “queremos compartir tu vida, Señor”.

Por esta celebración:
- que sea una experiencia de fe en el amor que Jesús nos tiene;
- que nos afiance en su seguimiento, “haciendo sus obras y aún mayores” (Jn 14, 12).
Roguemos al Señor: “queremos compartir tu vida, Señor”.

Queremos que tu Espíritu nos abra el corazón para celebrar con los más pobres tu nacimiento, para abrir nuestro corazón a todos, para experimentar tu amor “trabajando como tú y el Padre” (Jn 5,17), que vivís por los siglos de los siglos.

Amén.

Rufo González