Los milagros de Juan Pablo II

Tras la muerte de Juan Pablo II asistimos a la aparición de numerosos milagros que supuestamente el pontífice realizó en vida y después de morirse. También se asistió como sus seguidores, tan ortodoxos algunos, pidieron hacerle santo al instante. Soy partidario de aplicar los cinco años mínimos antes de iniciar un proceso de canonización, el fervor popular puede estropear una causa o perturbarla. La causa del Santo Padre Juan Pablo II está sobradamente exagerada con montones de supuestos milagros, ya hay videntes que sintonizan en directo con Juan Pablo II en la otra vida.

Para poder juzgar adecuadamente la causa de Juan Pablo II es preferible dejar que se apague ese fervor exagerado, una vez ocurra proceder a tratar el caso con tranquilidad, ya que convertirlo en santo debido a los papólatras es un riesgo que no se debe correr. Imaginémonos que ocurriría si la papolatría sirviera para hacer santos, terminaría nuestra religión por asemejarse a aquellas religiones paganas (Roma con los emperadores y Egipto con los faraones) que convertían a sus sumos sacerdotes en dioses.

Si Juan Pablo II es santo, lo será ahora como dentro de 100 años, no debe haber prisa por canonizarle. Hay que dejar el tiempo prudencial correspondiente.

Pero hay cosas que empiezan a inquietarme con los milagros, yo no niego que existan, existir existen y yo creo que una vez el Sagrado Corazón de Jesús hizo un milagro por mi bisabuela de 102 años, que este año cumple 103 aunque la pobre ya esta...

Pues como decía me empieza a inquietar la manía absurda de buscar milagros en lo que la ciencia no puede explicar. Que una niña de 6 meses y desahuciada por los médicos sobreviva no me parece que tenga por ello que implicar un milagro, aunque a muchos si se lo parezca. Hace poco contaron en diario de la noche el caso de un pato que resucitó dos veces, o más bien al que dieron dos veces por muerto. También se han observado casos de seropositivos que vencen milagrosamente al SIDA sin plegaria alguna.

Por ello no me parece el mejor método, ya que si vamos a analizar los casos que curó milagrosamente Juan Pablo II, analicemos de pasó aquellos en los que fracasó como santo milagrero. Tal vez nos hagamos una idea si el difunto Papa es nuestra mejor solución para nuestras enfermedades.

Pero a mi personalmente me sigue inquietando algo más, me inquieta que se deba llamar milagro o intervención divina a aquello que es inexplicable por la ciencia. Creo que aquí yace un error, y pienso que Dios, tal vez por intercesión de los santos, no obrara a través de aquellos fenómenos que si son explicables por la ciencia. Pues esto es lo que me pregunto, y esto es lo que pienso. Que tal vez tenemos un Padre más listo que el hambre, y se empeña en jugar al escondite con nosotros, y nosotros como tontos tal vez estamos cometiendo el gran error de no valorar ciertas cosas que tal vez esté haciendo sobre el mundo que nos rodea y al que acostumbramos a explicarlo con la ciencia.

Una curiosidad, para la física clásica es imposible que un conjunto numeroso de átomos se reagrupen y formen espontáneamente un riñón, pero para la física estadística este fenómeno no es imposible, es muy improbable. Tampoco es imposible que un cáncer sufra un suicidio masivo de sus células, puede ocurrir, como también puede ocurrir que el sistema inmune liquide un cáncer espontáneamente. Para algunas cosas que nos parecen sobrenaturales no tenemos explicación hoy, pero ojo mañana si las tendremos.
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