“Buenos días. Creo que todos los que me conocéis, incluido mi familia y paisanos, también en Los Santos, me decís que tengo buena cara, que me encontráis mejor .

Yo también me encuentro mejor. Creo que en esta ocasión, aunque en algunos momentos si, no me he alegrado bastante, como me compartía mi hermana diciéndome que los baremos de la operación no indicaban nada malo. He expresado alegría retenida o más bien me fijaba mucho en las molestias, en lo que no tenía. Sabiendo que tenía motivos para la esperanza.

El comer con más determinación y un poco más hace que este poniendo peso.

Pero yo quiero compartir que la recuperación y el estado de mi salud no viene solo por el buen hacer de los médicos, por el cuidado de la familia, sino también por el poder de la oración de intercesión. Desde que Edu u Antonio son responsables en los Equipos de Ntra Señora de coordinar esta pastoral de la oración de intercesión he pensado en este poder y gracia de la misma.

Del mismo modo he descubierto el bien que está haciendo el rato de oración y adoración que tantas personas pasan ante Jesús expuesto en la custodia ( Hornachos , los Santos), las 24 horas de exposición del Santísimo en Almendralejo, Badajoz y Merdida.

Estamos en el año de la oración. Tenemos que orar. En el cuarto, paseando, con la lección divina, delante del sagrario, sea para acompañar a otros, en grupos....

No entiendo mi vida sin la oración. Pido la gracia de la perseverancia. De buscar tiempo y espacio para la misma. Como sacerdotes entre otras cosas nos tenemos que dedicar a la predicación, primer anuncio, y a la oración. La fe viene de oídos, de la predicación, de darle a conocer a los niños, adolescentes , jóvenes y adultos a Jesús.

Tenemos el peligro de quedarnos en catequesis en dinámicas y no profundizar en la palabra de Dios. Quisiera profundizar más en esta misión pastoral. Se que no le dedico tiempo como no le dedico tiempo a la tecnología.”

Leonardo, como todo enfermo en sus circunstancias, sigue pendiente de analíticas y dictámentes médicos para el futuro, ahí quiere vivir con su esperanza y con fe, confiado en manos del Padre para ir viviendo lo que le toque, con el deseo de sanarse y seguir predicando el evangelio en sus comunidades, conviviendo y compartiendo el pan de la eucaristía y de la vida. Lo hará con una purificación nueva, más libre y dispuesto. Ojalá se cumpla este deseo que ponemos como oración de intercesión ante el Padre. Pero lo que no cabe duda es que hasta ahora, somos testigos, está viviendo "sanamente" su enfermedad, está uniendo enfermedad, fe y ministerio de un modo singular y propio. La pasión está llena de momentos de intimidad, de dolor, de angustia, de preguntas, consuelos, tristezas y alegría, soledad y comunidad... pero en todo busca con una espiritualidad propia seguir confiando y dando testimonio de que su Dios es único y lo primero para él. En El está su esperanza y a su voluntad se entrega sabiendo que lo ama en todo momento y ocasión, pase lo que pase.  Esta actitud creyente y de entrega confiada es la mayor salud que puede gozar el ser humano en circunstancias de dolor y adversidad, el mayor tesoro. Oremos confiados con él y por él al padre de la misericordia y la compasión, alentados por el espíritu del resucitado que nos da poder para orar y sanar.

N,B. La pintura pascual  es de Yovani Boza. De Oliva, realizado con motivo de la Pascua 2024