Extraido de "Trazos de evangeliio, trozos de vida" (PPC) Sin fronteras ni banderas: fraternidad universal (Domingo de la Ascensión)

Sin fronteras ni banderas: fraternidad universal (Domingo de la Ascensión)
Sin fronteras ni banderas: fraternidad universal (Domingo de la Ascensión) Jesús Salas

Los obispos nos hablan de una iglesia acogedora y misionera. A la luz del misterio pascual descubrimos que las fronteras y las banderas, como limitación y signos de exclusión, no son fruto de la gracia sino del pecado. En Cristo resucitado se abren las puertas de la luz universal que alumbra a todos los hombres con una llamada a la fraternidad total. Todos hermanos es la esencia de la bendición del Cristo resucitado que asciende a los cielos. 

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

 Sentado a la derecha de Dios tiene su mirada sobre todo lo creado y lo humano, su mano lo dirige todo hasta el punto Omega, donde todo será transformado por el amor y la unidad. Nuestro destino es la unidad en el amor, introducidos en el corazón de la Trinidad amorosa y comunitaria. Son muchos los signos y gestos que el espíritu enviado por el Cristo glorioso va ralizando en medio de la historia. Los profesionales cristianos nos ayudan en este caso a adentrarnos en esa iglesia que es acogedora y misionera a pie de Amazonia.

Evangelio: Marcos 16,15-20

“En aquel tiempo se apareció Jesús a los Once y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación….

Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban”.

Ascender para confirmar

El proceso salvífico, abierto en la encarnación y radicalizado en la pasión y muerte, ahora encuentra su punto culminante pascual. Tras la resurrección y los encuentros, la ascensión posibilita anunciar el evangelio de la vida con palabras y señales. Se abre el camino de la bendición sin interrupción desde la derecha de Dios. Cada Palabra de vida acompañada de señal es proclamación del Evangelio de la resurrección que invita a la esperanza de que resucitaremos con Él.

La Iglesia tiene como misión pregonar el evangelio en todas partes sabiendo que el Señor va a cooperar con señales vivas. Somos la comunidad del resucitado en medio de nuestra historia y hemos sido enviados a proclamar el Evangelio a toda la creación. La ascensión de Cristo es nueva clave de servicio, él nos enviará el Espíritu que nos da el poder de evangelizar, para realizar sus mismas señales del Reino.

Un obispo y una investigadora

La universidad católica de Quito me invita a compartir nuestra experiencia de Pastoral Universitaria en la UEX. Lo que se refiere al desarrollo de las competencias éticas en los universitarios, como algo trasversal. El motivo de la invitación  la publicación de la tesis doctoral realizada sobre la motivación de los estudiantes y el bien interno de las profesiones.  Me acompaña Trinidad Ruíz, botánica que tiene interés en candidatos a tesis en el campo su especialidad en el marco de la Amazonía, con personas de allí.

Visitamos Puyo con este motivo y yo tengo que ser ingresado para una intervención de urgencia, eso hace que tengamos que estar unos días en dicha población y acudimos al obispado donde nos dan cobijo hasta la recuperación. Allí conocemos al obispo burgalés Rafael Cob, un hombre de evangelio que está en medio de ese lugar emblemático para vivir el evangelio con su pueblo. Nosotros íbamos con un sentido universitario con fondo apostólico a aquella universidad y a aquel lugar, donde estaba una posible doctoranda, Carmen. Aquello se convirtió en una experiencia evangelizadora de primer orden. Alumnos de allí, como Carmen y Tony, han estado formándose en Extremadura para volver a seguir aplicando conocimientos en su tierra.

Trinidad Ruíz como buena investigadora inquieta, mientras yo descanso, tras salir del hospital, se lanza al conocimiento de aquella realidad en todas sus dimensiones. Las relaciones de la casa le abren puertas inimaginables para conocer esa iglesia amazónica, ese pueblo y su historia. Lo que era interés científico, sin dejar de serlo, se convierte en atención de evangelio universal, de causa de ecología integral, de comunión con ese pastor y su presbiterio, con sus religiosos y con los líderes, especialmente lideresas, de aquellas comunidades. Desde entonces vivimos una relación universal apostólica y evangelizadora que tienen mucho para contar, harían falta varios libros como éste para dar cuenta de todo lo que ha ocurrido desde entonces. Desde aquella experiencia se entiende el libro publicado por nosotros en PPC sobre querida Amazonia, antes sobre Laudato si.

Ahora don Rafael Cob es uno de los obispos referentes en la conferencia eclesial panamazónica, la lideresa Patricia Walinga es un agente colaborador universalmente – con cercanía personal al papa Francisco- en el tema de la defensa de estos pueblos y del ser de la iglesia en medio de ellos. La fraternidad entre la investigadora, el obispo, los líderes amazónicos es verdad y viva. Los límites se han abierto con la fuerza del resucitado. No se puede ser más universal desde lo concreto, la iglesia, la universidad, la Amazonía han establecido lazos verdaderos que sólo son posibles desde la bendición y la trascendencia de aquel que nos envió a predicar el evangelio a toda la creación, desde la ascensión comprometida del resucitado.

Una bendición sin fronteras: la ascensión

Los signos que van manifestando el sentido comunitario de la humanidad y la armonía con toda la creación son ya parte de esa bendición universal y celestial. Ser parte activa de lo que conduce a la relación de unidad en la justicia y la paz verdadera es la misión de los que se han encontrado con el Resucitado en sus propias historias personales.

La apertura a la comunión desde los lugares más pequeños y olvidados, llevando al corazón de lo humano la sencillez de esos últimos, es misión fundamental de la Iglesia hoy.

La ecología integral que enlaza Laudato si, Querida amazonia, Fratelli Tutti, sabiendo que todo está interrelacionado con el Evangelio y su gozo, así como con el amor y su alegría, es nuestra misión hoy. La Iglesia se abre a esta verdad, se siente llamada a salir para llegar de verdad a todo el mundo, despojada de todo lo que en ella pueda ser frontera y bandera que separa y discrimina. En su propio seno, se siente llamada a conversión y comienza a mirar a la propia Iglesia de los pueblos más olvidados como referentes de esa armonía y de ese cuidado de la vida que va más allá del mercado y de tradiciones que separan y confunden.

El Padre Dios abrazado en la desnudez de lo humano y mirado desde lo más alto se convierte en la fuerza para mirar la tierra como casa común, como lugar en el que enraizamos para vivir liberados de fronteras inventadas por el interés. El Padre es quien nos da el impulso para abrazarnos en la pureza de lo sencillo, que sabe vivir en libertad ante todas las posesiones y poderes que pasan, porque solo son de este mundo, y de hacerlo con radicalidad porque somos barro en manos del Alfarero, todos necesitados de todos, y hermanos en el único Hijo de ese Padre. En la ascensión vemos la vocación ilimitada a ser un nosotros cada vez más grande.

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