Jóvenes estudiantes católicos con sus consiliarios Sinodalidad: cuando los jóvenes convocan a los curas (Encuentro de consiliarios de JEC)
Hablando de sinodalidad y para creer en ella, nada más bueno que señalar detalles de vida eclesial que lo evidencian. Yo hoy he vivido uno de ellos, esta mañana muy de madrugada me preparaba para ir a Salamanca, donde había sido convocado por los jóvenes del movimiento de la Juventud Estudiante Católica, Clara,Teresa y Edu, responsables como equipo permanente, para profundizar en temas fundamentales de la vocación y misión de este movimiento en la Iglesia y en el mundo estudiantil hoy. Allí hemos estado y traigo la experiencia de ese encuentro y la dimensión creyente del mismo en una sinodalidad verdadera; tan verdadera como que son los jóvenes los que convocan y llaman a los curas, aunque sean pocos los que le hacen caso.
| José Moreno Losada
Llamados por ellos...

Convocados por los jóvenes de la JEC (Juventud estudiante católica), por sus responsables estatales, hemos acudido media docena de sacerdotes consiliarios de distintas diócesis a un encuentro en Salamanca. El reto que nos proponían era profundizar con ellos en el tema de la vocación y misión de los jóvenes en el mundo estudiantil hoy. El movimiento ha de repensar su modo de ser y estar en los ambientes estudiantiles y ellos entienden que es muy importante que los sacerdotes que los acompañamos participemos y compartamos sinodalmente con ellos nuestras reflexiones. Quieren que pensemos juntos en lo que el Señor quiere de ellos para ser realmente apóstoles jóvenes válidos en las aulas. Vivir la clave fundamental de ser iglesia en la escuela y escuela en la iglesia, vínculo de comunión entre la comunidad de fe y la comunidad escolar.
Para hacer lo que El nos diga...
Estábamos a tono con el evangelio del Domingo: “Haced lo que Él os diga”. Previamente nos habían enviado un material bastante desarrollado de reflexiones que ya tenemos muy elaborado con esta cuestión de la vocación y la misión de los jóvenes en conexión con su ser estudiantes hoy. El reto era aterrizar más en la cultura de hoy y en el modo de pensar y sentir de los jóvenes, de procesar su fe y de vivirla de modo real y fecundo en medio del ambiente que le es propio a ellos. Buscar líneas de pedagogías de fe que realmente conecten con ese modo de sentir y de pensar, al hilo de lo más propio y original del evangelio y del seguimiento de Jesús de Nazaret.
El obispo que nos espera y nos saluda

Allí llegamos de lugares bien distantes, cientos de kilómetros para una jornada de reflexión y de compartir. Nos alegró ver que nos recibía y nos saludaba en acogida el pastor de la diócesis de Salamanca, José Luis, recién llegado a la misma. Nos contaba la alegría que le estaba dando conocer realidades eclesiales vivas en las nuevas diócesis, la cantidad de gente que busca y que se compromete desde la fe como realidad eclesial en medio del mundo. Nos confiesa que es consciente de que la tarea que traemos entre manos no es nada fácil. Con él estaban su vicario Poli y nuestro querido consiliario Matías, que es también párroco de la parroquia de Lourdes donde nos congregábamos. Tras la acogida y saludo, pasamos rápido al trabajo que la tarea no es fácil y requiere dedicación y centramiento.
La mies es mucha y los obreros (consiliarios) pocos...

El comienzo y la apertura la tiene Clara, presidenta del movimiento, acompañada por Teresa, la secretaria, y Edu, responsable de la coordinación de animadores. Nos ofrecen para orar un texto evangélico bien conocido, el envío de los setenta y dos, con el marco referencial de que la mies es mucha y los obreros pocos. Lo cual casa bien con lo que nos traemos entre manos, la mies de los jóvenes estudiantes en España es mucha y los sacerdotes consiliarios que se dediquen a ellos, así como laicos adultos, teniendo en cuenta este ámbito y dimensión, son unos cuantos, pocos, como los que estamos allí y algunos más que nos siguen desde sus lugares porque no han podido desplazarse.
Nos invitan a orar desde la vida y el acompañamiento
La oración se convierte en lugar de contemplación desde la vida, nos comentan su visión del texto y nos invitan a que oremos juntos, en común, para situarnos desde el Padre en este momento de nuestro ser acompañantes ministeriales en la tarea de evangelizar que tienen encomendada ellos. Y la oración surge a borbotones desde nuestros corazones sacerdotales, tocados por las experiencias vivas que son las que nos mueven a continuar en la brecha de la minoridad, buscando lo significativo y verdadero de este quehacer apostólico. Así fue nuestra oración que traigo ante vosotros para compartir, mejor que las reflexiones prácticas y programáticas que nos ocuparon después y donde descubrimos tareas y propuestas a realizar.
Y compartimos nuestra oración ante el Padre
“Padre tenemos tanto que agradecer ante ti. Tú te has revelado y nos hemos encontrado contigo en este caminar con los jóvenes con los que has querido que compartamos camino y tarea durante estos años de nuestra consiliaria. En nuestro quehacer nos has hecho testigos directos y cercanos de cómo con tu Espíritu vas haciendo surgir en los grupos, referentes de vida y de militancia, que a nosotros mismos nos sorprenden en sus discernimientos de vida y de opciones personales.
Sentimos cómo nos mueves para desear en nuestros corazones, colaborar contigo, para que ellos lleguen a ser apóstoles para hoy. En esa misma tarea nos descubrimos apóstoles nosotros mismos, apóstoles tuyos para que haya más apóstoles, es nuestra misión.
Nos cuesta la clave de tu ser y tu quehacer en Nazaret, la cotidianeidad de lo minoritario y lo insignificante para transformar desde dentro a los que han de ser fuertes en el compromiso y el deseo de la llegada de tu reino a lo humano.
Nos muestras jóvenes inquietos, que buscan y que no están satisfechos y nos dices que vayamos a trabajar a esa viña nueva, a convocar, a buscar, a acompañar, que rompamos la distancia y la frialdad que tenemos con respecto a ellos y ofrezcamos tu vida y tu luz en su lugar propio, porque serán ellos los que crean y lo vivan anunciando a sus compañeros.
Te hemos entendido y lo procuramos, hemos de estar en misión, fuera de los templos, lanzados al encuentro, agudizando el corazón para escuchar sus gemidos y sus cantos de vida, sus aspiraciones y sus ideales. Con nuevos lenguajes y nuevos modos, celebrando y acompañando creativamente.
Sabemos que no nos quieres francotiradores, que nos envías para que caminemos juntos, nunca solos, buscando alianzas y aliados de lo bueno y lo auténtico, conscientes que tú a ellos los quieres protagonistas de su propia vida y en su propio medio. Y nos avisas que hoy los jóvenes estudiantes necesitan consiliarios de verdad, seguidores que en libertad y en pobreza apuesten por vivir en la intemperie de lo insignificante, de la libertad que hace posible ser obreros en equipo, coordinados y en sinodalidad verdadera con los jóvenes cristianos.
Queremos respetar a fondo su protagonismo, procurándolo con radicalidad, porque en ellos has puesto la misión y a ellos los has preferido para ser tus testigos directos en el medio juvenil y estudiantil. Ayúdanos Padre a seguir viviendo en la apasionante tarea de ser fieles a ellos, para hacernos dignos de fe y confianza como lo hiciste tú Jesús, dando tu vida y compartiendo el caminar de todos los que encontraste en el camino de la historia.”
Reflexiones compartidas e interpelaciones descubiertas

Después el trabajo de reflexión y de acción: interrogantes principales con los que nos movemos, llamadas que sentimos que nos llegan hoy y que debemos escuchar para responder, retos personales y comunitarios que se nos abren como posibilidades para seguir caminando. Allí como discípulos de Emaús, fuimos viendo que ahora es tiempo de salvación y de misión, que ahora puede salir el vino más bueno aunque parezca el último. Profundizamos y vamos tomando nota de lo que es luz y ánimo para seguir viviendo y amando la realidad de los jóvenes en su ambiente estudiantil. Ellos quieren vivir y ser apóstoles y nos quieren como verdaderos acompañantes para realizarse en sus procesos de creyentes y testigos de la fe.