La liturgia se ha ido concretando poco a poco y se le pueden quitar o añadir formas para adaptarla a cada momento histórico. Las formas litúrgicas, como el montaje teatral, respetando la esencia de dialogo con lo divino, deben de relativizarse para sumar nuevas formas, y así los hombres y mujeres de cada cultura y cada momento histórico, a los de hoy se les han venido abajo las referencias espacio/temporales y se han quedado como pájaros sin árbol en donde posarse, puedan encontrar un lenguaje apropiado para hablar con Dios en comunidad sin tener que utilizar palabras extrañas ni hacer ritos incomprensibles.  La liturgia, la oración teatralizada, son formas costumbres que vienen de otras culturas. La historia de la liturgia es una historia de reproducción e imitación, “de proximidad en la distancia” (Von Baltahasar). Para el no creyente, la liturgia es puro teatro y para el creyente es  oración, culto y memoria de los misterios de la vida de Jesús teatralizados.