El párroco de Bilbao destaca que muchos se acercan para compartir Roberto Cillero: "En el barrio de san Francisco se ha creado una gran red social de solidaridad"

Roberto Cillero
Roberto Cillero

Asegura que durante este tiempo de confinamiento en que las iglesias están cerradas al culto, son bastantes las personas que se están acercando en busca de ayuda porque están perdiendo el empleo y no tienen ingresos

"Desde la parroquia, nos parece que no podemos dejar a esas personas abandonadas a su propia suerte y procuramos dar una respuesta"

"Hemos ampliado el servicio y la cantidad de comida que distribuimos y también intentamos que todo el que viene a la parroquia no se vaya con las manos vacías"

Roberto Cillero párroco de las parroquias de Corazón de María y San Rafael, en el barrio bilbaíno de San Francisco, explica que, durante este tiempo de confinamiento en que las iglesias están cerradas al culto, son bastantes las personas que se están acercando en busca de ayuda, personas que están perdiendo el empleo y que no tienen ningún tipo de recurso ni de ingreso económico.

“Por eso –dice Cillero- van tocando todas las puertas posibles y, desde la parroquia, nos parece que no podemos dejar a esas personas abandonadas a su propia suerte y procuramos dar una respuesta a sus necesidades e intentar ponerles en contacto con algún tipo de servicio social, si es que lo necesitan, con Cáritas… y también intentar paliar su situación a través de algún apoyo económico y también de comida”. 

Roberto señala que está acudiendo bastante gente local, que en la actual situación se ha quedado sin trabajo.

La parroquia tiene un punto de distribución del Banco de Alimentos de Bizkaia. Mensualmente dan de comer a 250 familias, pero también quieren atender estas situaciones extraordinarias que se están presentando estos días. Por eso –explica Cillero- “hemos ampliado el servicio y la cantidad de comida que distribuimos y también intentamos que todo el que viene a la parroquia no se vaya con las manos vacías, que reciba un lote de comida ya preparada o algún tipo de ayuda económica”.

Dice que les está llamando mucho la atención, que acude bastante gente local, “no solamente inmigrantes, que también, que han perdido sus empleos y nunca pensaban que algún día tendrían que llamar a la puerta de la parroquia para pedir comida”.

Cillero destaca que hay también muchas personas que están llamando a la puerta de la parroquia para compartir algún tipo de cantidad económica o para poner también a su disposición su tiempo, sus cualidades y sus capacidades. "En el barrio se ha creado una gran red social en la que las personas tienen como objetivo ayudarse y compartir lo que cada uno sabe: su tiempo, echar una mano o llevar la comida a alguna persona mayor, a enfermos, a personas que están en situación de inmovilidad y que no pueden desplazarse... y eso también es algo que nos está llamando positivamente la atención”.


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