A solas con Sistach y con Ravasi

No hubo sobresaltos, ni nadie, en ningún momento, me pidió que saliera de la sala. Al contrario, tuve la oportunidad de saludar a los presentes, y de escuchar al cardenal Sistach informar a Ravasi de mi condición de periodista y redactor jefe de Religión Digital. "Les conozco bien", aclaró el purpurado italiano.
Se notaba esperanza e ilusión en el ambiente. Y es que la iniciativa de la Ciudad Condal lo merece. Ambos cardenales comentaron la necesidad de abrir estos foros a los rincones más significativos de la ciudad, y mostraron su alegría por el acto que este viernes acogerá a miles de barceloneses -creyentes y no creyentes, amantes del arte, la cultura y la belleza- en la Sagrada Familia.
No había prisa, ni nervios. Al cabo de unos minutos, me despedí y salí de la sala. Todo fueron sonrisas y predisposición. Un auténtico ejemplo de normalidad entre el mundo eclesiástico y el seglar. Del que, por cierto, podrían aprender muchos otros... que es ver un periodista y echarse a temblar. O a correr. Y así nos luce el pelo. Hoy, en Barcelona, cabía lugar para la esperanza. Y para la propuesta constructiva. A ello vamos.
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