Constitución Gaudium et Spes



La Iglesia en el mundo de hoy

Capítulo V._La promoción de la paz y el fomento
de la comunidad de los pueblos


Sección II._Edificar la comunidad internacional



88. Tarea del cristiano en la ayuda a otros países._Los cristianos cooperen a la edificación del orden internacional y hagan todo lo posible por evitar el escándalo de aquellas naciones con población de mayoría cristiana que gozan de gran abundancia de bienes, mientras otras no cristianas se ven privadas de lo necesario. Conságrese el Pueblo de Dios a aliviar la miseria y a ayudar a las naciones menos favorecidas incluso con la ayuda de los demás hermanos cristianos

89. Presencia eficaz de la Iglesia en la comunidad internacional._La Iglesia contribuye a consolidar la paz, poniendo en conocimiento de la ley divina y natural como fundamento de la solidaridad. Por ello, la Iglesia ha de estar presente en la comunidad de los pueblos. Presten los fieles su colaboración a la comunidad internacional.

90. La participación de los cristianos en las instituciones internacionales._Además de la colaboracón particular de cada uno con las instituciones internacionales existentes o que se funden, es deseable el incremento de las asociaciones internacionales católicas. Es deseable también la colaboración de los católicos con los hermanos separados. El Concilio, por tanto, considera oportuna la creación de un organismo universal de la Iglesia que tenga como fin fomentar la justicia y el amor hacia los pobres

Conclusión

91. Misión de los fieles y de las Iglesias particulares._Aunque todo lo aquí expuesto es ya doctrina común de la Iglesia, esta doctrina deberá ser continuada y ampliada porque afecta a las realidades sujetas a continua evolución. Por este motivo, la exposición tiene carácter general.

92. El diálogo entre todos los hombres._La Iglesia es signo de fraternidad. Es necesario promover en el seno de la propia Iglesia la estima, el respeto, el diálogo entre los pastores y los fieles, observando la libertad en las cosas dudosas y la caridad en todo. Nuestro pensamiento se dirige a los hermanos que están separados de nosotros y exhorta a todos a una colaboración fraterna. Dirigimos el pensamiento también a todos los que creemos en Dios. El diálogo no excluye a nadie, ni siquiera a aquellos que se oponen a la Iglesia y la persiguen. Todos estamos llamados a ser hermanos, y por esto todos debemos colaborar en la construcción del mundo en la paz.

93. Edificación del mundo y ordenación de éste a Dios._Adhiriéndose al Evangelio y en unión con todos aquellos que aman la justicia, los cristianos han tomado sobre sí una tarea inmensa y de ella deberán responder ante Dios. El Padre quiere que amemos a Cristo en nuestros hermanos. Obrando así, suscitaremos en los hombres la esperanza, don del Espíritu Santo, a fin de que todos sean recibidos en la paz y en la felicidad de la patria celestial.

Ver: Ocho grandes mensajes
BAC 1974
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