En la encíclica Rerum novarum del Papa de los obreros, León XIII, que venimos exponiendo,se da mucha importacia a las clases sociales disgregadas. Este es un tema que viene de antiguo y, por lo mismo, es muy difícil de erradicar.
Pues bien, la Sociedad no será tal mientras exista la brecha entre ricos y pobres. Esto niega su misma esencia que es solidaridad, orden, armonía. Tan importante es la Sociedad que si fuera lo que su nombre indica no sería necesario el aparato artificial que es el Estado. En el caso que nos ocupa son muy protagonistas patronos y obreros y las asociaciones de unos y otros, como vemos acontinuación en la encíclca:
El derecho de asociación
(34)Los mismos patronos y obreros pueden hacer mucho en esta cuestión, esto es, con estas instituciones mediante las cuales atender convenientemente a los necesitados y acercar más una clase a la otra. Entre los de su género deben citarse las sociedades de socorros mutuos; entidades diversas instituidas por la previsión de los particulares para proteger a los obreros, amparar a sus viudas e hijos en los imprevistos, enfermedades y cualquier accidente propio de las cosas humanas; los patronatos fundados para cuidar de los niños, niñas, jóvenes y ancieanos. Pero el lugar preferente lo ocupan las sociedades de obreros, que comprenden en sí todas las demás.
Los gremios de artesanos reportaron durante mucho tiempo grandes beneficios a nuestros antepasados. En efecto, no sólo trajeron grandes ventajas para los obreros, sino también a las artes mismas un desarrollo y esplendor atestiguado por numerosos monumentos. Es preciso que los gremios se adapten a las condiciones actuales de edad más culta, con costumbres nuevas y con más exigencias de vida cotidiana.
Es grato encontrarse con que constantemente se están constituyendo asociaciones de este género, de obreros solamente o mixtas de las dos clases; es de desear que crezcan en número y eficiencia. Y, aunque hemos hablado más de una vez de ellas, sentimos agrado en manifestar aquí que son muy convenientes y que las asiste pleno derecho, así como hablar sobre su reglamentación y cometido.
La limitación de su ejercicio por el Estado
(35) La reconocida cortedad de las fuerzas humanas aconseja e impele al hombre a buscarse el apoyo de los demás. De las Sagradas Escrituras es esta sentencia: Es mejor que estén dos que uno solo; tendrán la ventaja de la unión. Si uno cae, será levantado por el otro.¡ay del que está solo, pues, si cae, no tiene quien lo levante! (Ecl 4, 9-12). Y también esta otra: El hermano, ayudado por su hermano es como una ciudad fortificada(Prov 18, 19).
En virtud de esta propensión natural, el hombre, igual que es llevado a constituir la sociedad civil, busca la formación de otras sociedades. Entre estas y la sociedad vivil median grandes diferencias por causas diversas. El fin establecido para la sociedad civil alcanza a todos, en cuanto que persigue el bien común, del cual es justo que participen todos y cada uno según la proporción debida. Por esto, dicha sociedad recibe el nombre de pública, pues que mediante ella se unen los hombres entre sí para constituir un pueblo(o nación).
Las que se forman, por el contrario, diríamos en su seno, se consideran y son sociedades privadas, ya que su finalidad inmediata es el bien privado de sus miembros exclusivamente.
(Santo Tomás, contra los que impugnan el culto de Dios y la religión).
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BAC 1974
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