"La sensación de falta de libertad se ha vuelto una experiencia común", denuncia el purpurado Cardenal Rosa Chávez: "Muchos salvadoreños no se sienten libres en su propio país"

Rosa Chávez, entrando en el precónclave
Rosa Chávez, entrando en el precónclave LMM

Durante su homilía en las fiestas del Divino Salvador del Mundo, el cardenal Gregorio Rosa Chávez lanzó un llamado contundente a la conciencia nacional: “Muchos no nos sentimos libres en El Salvador”, expresó el purpurado, haciendo notar un ambiente marcado por la falta de libertades, arbitrariedades y el debilitamiento de las garantías institucionales

“El mundo que queremos está siendo ahora negado. Es un mundo en el que queremos vivir la democracia, que supone diálogo, respeto a la dignidad humana, supone tolerancia en nuestros derechos humanos, ser un pueblo libre”, discernió el cardenal. En ese sentido, aseguró que la sensación de falta de libertad se ha vuelto una experiencia común para muchos ciudadanos

(ADN Celam).- Durante su homilía en las fiestas del Divino Salvador del Mundo, el cardenal Gregorio Rosa Chávez lanzó un llamado contundente a la conciencia nacional: “Muchos no nos sentimos libres en El Salvador”, expresó el purpurado, haciendo notar un ambiente marcado por la falta de libertades, arbitrariedades y el debilitamiento de las garantías institucionales.

La celebración eucarística se llevó a cabo en la Catedral Metropolitana de San Salvador, en el ambiente celebrativo de las festividades patronales. Desde el atrio, Rosa Chávez enumeró algunos de los temas que inquietan a la sociedad salvadoreña. Fue directo al denunciar el avance de un modelo de país que —según dijo— niega los valores esenciales de una verdadera democracia.

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El mundo que queremos está siendo ahora negado. Es un mundo en el que queremos vivir la democracia, que supone diálogo, respeto a la dignidad humana, supone tolerancia en nuestros derechos humanos, ser un pueblo libre”, discernió el cardenal. En ese sentido, aseguró que la sensación de falta de libertad se ha vuelto una experiencia común para muchos ciudadanos.

El también obispo auxiliar emérito de San Salvador recordó que los cristianos no pueden permanecer indiferente ante estas realidades y los convocó a soñar y trabajar por un país más justo, tal como lo propuso el mártir San Óscar Arnulfo Romero. “Ese es el proyecto de Dios. Ese proyecto está muy maltrecho en este momento”, aseveró.

Cardenal Gregorio Rosa Chávez
Cardenal Gregorio Rosa Chávez

Rosa Chávez advirtió con urgencia que la población está siendo masificada por voces “falsas, alienantes y deshumanizantes” que buscan subyugar la conciencia colectiva y borrar la capacidad crítica del pueblo. Recurriendo al pensamiento de monseñor Romero, aclaró que no se trata de alimentar una masa manipulable, sino de formar un pueblo consciente.

“¿Qué es la masa? El montón de gente que cuanto más alienada, ignorante, mejor. ¿Qué es el pueblo? La comunidad organizada donde todos buscan el bien común. Eso queremos ser nosotros, buscando un proyecto común de país”, precisó ante los fieles congregados.

Con palabras teñidas de preocupación, el cardenal Chávez reconoció que el país atraviesa momentos inciertos y advirtió que podrían venir tiempos aún más duros. “No hay quien nos va a defender a nivel oficial. Todo va a ser posible a nivel de arbitrariedades”, alertó, haciendo notar la necesidad de asumir con responsabilidad el papel que cada ciudadano tiene en la transformación social de la nación.

Frente a esta realidad, alentó a la Iglesia a no apartarse. “Nuestra fe en Cristo nos va a llevar a una respuesta desde la fe. Hoy juegan los pastores un papel muy importante”, sostuvo, observando que la Iglesia debe seguir siendo un puente entre Dios y su pueblo, especialmente en momentos de crisis.

Para Rosa Chávez, las fiestas patronales deben ser una ocasión para renovar el compromiso con el país y con los valores del Evangelio. “A veces queremos ser ciudadanos que se dejan llevar por la corriente, siendo incapaces de ser constructores del mundo que Dios quiere para nosotros”, advirtió.

Al tener presente el legado martirial de la Iglesia salvadoreña, resaltó: “Aquí hay historia, aquí hay sangre, esperanza”. Y desde esa memoria viva, invitó a caminar con firmeza hacia un país más justo, libre y en paz.

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