Encíclicas sociales

Pío XI


Quadragesimo anno
(Restauración del principio rector de la economía)

(Cont., viene de día 6)
(Quiero recordar que los papas que venimos mencionando daban mucha importancia a la cuestión social. Esto lo debemos tener muy en cuenta los dirigentes eclesiásticos y todos los fieles cristianos. Es prioritario en la evangelización. El Papa Francisco también parece estar en esta misma línea porque se ha declarado al lado de los pobres y contra el desorden social reinante en el mundo).

(111) No menos profundamente que la estructura de la economia ha cambiado, después de León XIII, el propio socialismo, con el cual hubo principalmente de luchar nuestro predecesor. El que entonces podía considerarse casi único y propugnaba unos principios doctrinales definidos y en un cuerpo compacto, se fraccionó después en dos bloques de ordinario opuestos y aun en la más enconada enemistad.

(a) Bloque violento o comunismo

(112) Uno de esos bloques del socialismo sufrió un cambio parecido al que antes hemos indicado respecto de la economia capitalista, y fue a dar en el "comunismo", que enseña y persigue la encarnizada lucha de clases y la total abolición de la propiedad privada...

(b) Bloque moderado, que ha conservado
el nombre de socialismo


(113) Más moderado es el otro bloque, que ha conservado el nombre de "socialismo". No sólo profesa éste la abstención de toda violencia, sino que, aun no rechazando la lucha de clases ni la extinción de la propiedad privada, en cierto modo la mitiga y la modera. Diríase que, aterrado de sus principios y de las consecuencias de los mismos a partir del comunismo, el socialismo parece inclinarse y hasta acercarse a las verdades que la tradición cristiana ha mantenido siempre inviolables; no se puede negar, en efecto, que sus postulados se aproximan a veces muchos a aquellos que los reformadores cristianos de la sociedad con justa razón reclaman.

(Se apartan algo de la lucha de clases
y de la abolición de la propiedad
)

(114) La lucha de clases, efectivamente, siempre que se abstenga de enemistades y de odio mutuo, insensiblemente se convierte en una honesta discusión, fundada en el amor a la justicia, que, si no es aquella paz social que todos anhelamos, puede y debe ser el principio por donde se llegue a la mutua cooperación "profesional". La misma guerra contra la propiedad privada, cada vez más suavizada, se restringe hasta el punto de que, por fin, algunas veces ya no se ataca la posesión en sí de los medios de producción, sino cierto imperio social que contra todo derecho se ha tomado y arrogado la propiedad.

Ese imperio realmenten no es propio de los dueños, sino del poder público. Por este medio puede llegarse insensiblemente a que estos postulados del socialismo moderado no se distingan ya de los anhelos y postulados de aquellos que, fundados en los principios cristianos, tratan de reformar la humana sociedad. Con toda razón, en efecto, se reserve a la potestad pública ciertos géneros de bienes que comportan consigo una tal preponderancia, que no pueden dejarse en manos de particulares sin peligro para el Estado.


Ver: Ocho grandes Mensajes
Ed BAC 1974
Volver arriba