Evolución del cristianismo-20


Teología de J. Ortega y Gasset

La historia como revelación de Dios
(Cont., viene del día 15)

El Dios bíblico está muy vinculado a la historia de los hombres. Israel reconoce a Yahavé como al Señor de la historia a diferencia de los dioses paganos que le consideran Señor de la naturaleza. Es en las relaciones intrahumanas donde se revela el Dios judeocristiano. Esta unidad de Dios y la historia la ve el teólogo de la liberación Gustavo Gutierrez como "un solo devenir humano asumido irreversiblemente por Cristo, Señor de la historia" (A. Brouwn; 'Revelación por la historia' Sel Teol 6 (1967); G. Gutierrez, La verdad os hará libres Sígueme, Salamanca 1998).

Si buena parte de biblistas y teólogos se manifiestan hoy como los hemos presentado en el epígrafe anterior, es porque han llegado al convencimiento de que en el judaísmo primitivo el principal signo sagrado es la historia que vive el pueblo. Dios se revela siempre en esta histora. Las antiguas profesiones de fe tienen un carácter histórico, es decir, ponen siempre a Yahvé en relación con algún acontecimiento vivido por el pueblo.

La profesión de fe más antigua dice así: Yahvé es "el que sacó a Israel de Egipto". Otras designan a Yahvé como "aquel que llamó a los patriarcas y les prometió la tierra". Junton a estas profesiones breves aparecieron pronto otras más largas que contienen un conjunto de acciones históricas divinas. La más importante es la de
Dt 26, 5-9.

El texto es todo él una profesión de fe que recapitula los datos más importantes de la historia salvífica desde la historia patriarcal hasta la conquista de Canaán. Con este texto tiene mucha afinidad el del libro de Jos 24, 3ss (M. North, Pentateuch, 48ss 1948; Von Rad: Teología del Antiguo Testamento I Salamanca 1969, p.167ss.

El tono que en estos textos se percibe es el que de ahora en adelante va a dominar en la historia de Israel. Y resulta curioso observar cómo a pesar de que las religiones bíblicas tienen elementos sacros, no son instituciones de culto, a Dios se le rinde culto en la vida humana misma. El pueblo judío tenía, pues, conciencia de ser todo él pueblo sagrado, nación santa, comunidad sacerdotal.

El sacerdocio lo ejercía todo el pueblo en su vida profana sin necesidad de ritos aparte de la propia vida, como se dice en Ex 19, 5-6. A las religiones monoteístas antiguas mencionadas, Judaísmo, Cristianismo e Islamismo se las puede llamar seculares en cuanto que no tienen un espacio sacro acotado, ni separan a unos hombres determinados como mediadores de Dios, los sacerdotes, sino que descubren a Dios y se relacionan directamente con él en la comunidad humana.

Frente a las religiones cósmicas o de misterios, ellas no tienen sacrificios con ritos ni templos, pues la vida y el amor de los fieles es su templo. La Biblia juedocristiana y el Corán fundan una historia secular: buscan y descubren a Dios en el mismo centro de la vida de los hombres. Moisés, Jesús y Mahoma critican la idolatría sacral, porque sustituye a Dios y oprime al hombre. Sin embargo, muy pronto degeneraron en religiones de culto.

Ciertamente, la secularización es positiva, pero su desarrollo actual entraña grandes riesgos, porque sacraliza unos valores seculares de economía y mercado, por encima de la realidad humana, que conducen a una glorificación del hombre en clave de sistemas y no de comunicación personal. De ahí que el tema clave de las religiones bíblicas no sea el conflicto de lo sagrado y lo secular, porque en ellas, como hemos visto, son una misma cosa.

El conflicto se da entre la secularidad opresora que se vuelve idolatría y la secularidad liberadora que hace posible la comunicación humana de todos. El judaísmo como tal es, pues, una religión secular que se identifica con la vida de los creyentes, que se alimentan con la Palabra de Dios que ilumina la totalidad de la vida humana en cada uno de los momentos familiares y existenciales.
Aunque como dijera Ortega, la palabra es un sacramento de muy delicada administración .
Ver: Francisco Margallo, Teología de J. Ortega y Gasset.
Evolución del cristianismo

Madrid 2012


Los interesados en la adquisición del libro de Ortega pueden llamar al tf. 91 534 27 65. o escribir a:
fmargalloba@hotmail.com// En Madrid: Librería Sanz y Torres, textos UNED Bravo Murillo 45.
Volver arriba