Nuevo orden social

La crisis económica que sacude una vez más al mundo, nos hace ver que el ordenamiento legal vigente en los pueblos está basado en una violencia callada e injusta, que se ceba en los más débiles particularmente en los países en vía de desarrollo.

Esta situación ha sido denunciada por la teología de la liberación y afines como "hamartiosfera" o ámbito de pecado, más allá de todo confesionalismo religioso, porque es común a creyentes y no creyentes.

La Alianza para el Progreso, alentada por Estados Unidos en el decenio de los sesenta, ha sido en realidad un retroceso, porque derivó hacia un nuevo colonialismo que absorbió a la economía latinoamericana, como hicieran en su día España y Portugal. Los programas desarrollados en esos pueblos los han hecho recaer en la dependencia del capitalismo internacional.

Con todo, no son poco los que piensan que el capitalismo es el sistema más viable para nuestro tiempo. Pero creo que son muchos más los que le atribuyen unos efectos muy negatios para la población mundial en su conjunto. Enre sus efectos malignos hay que mencionar la probreza de más del 80% de la población que habita el planeta Tierra.

Por cierto, el Cardenal Primado de Inglaterra y Gales, Comac Murphy O´Connor, ha declarado recientemente: igual que el comunismo acabó con la caída del muro de Berlín en 1989, 2008 supone la caída del capitalismo. Considera que la crisis económica actual representa la muerte del capitalismo. Asimismo destacados líderes religiosos de la Iglesia anglicana han criticado las recetas económicas aplicadas por el Gobierno laborista de Gordon Brawn frente a la crisis.

En esta situación, la evolución hacia el socialismo democrático se impone como la mejor opción. No obstante, el ensayo de éste en Europa no ha sido muy loable, no tanto por el socialismo en sí, sino por las personas que de manera fraudulenta lo encarnaron. Así lo han visto cidudanos de distintas nacionalidades europeas.

Es en América Latina, donde la vía al socialismo se abre como absolutamente necesaria. De todas maneras allí se piensa en un socialismo sui generis, que no encaja con el nuestro. Se trata de un socialismo humanista y solidario para los que están sufriendo los efectos más nocivos del capitalismo norteamericano.

La teología de la liberación, a la que se propuso exterminar el presidente Reagan, es un hito importante en este proceso en que está inmerso el TM. Gracias a ella el lenguaje de la liberación ha pasado a significar el anhelo legítimo de independencia económica que tienen los pueblos. Por lo que la teología se ha convertido en una valiosa aportación a un nuevo orden social.

Un orden que no subyugue al hombre ofreciéndole una felicidad engañosa, sino que provoque su protagonismo en el presente y en la planificación del futuro. Otra cosa es paralizar ese futuro en el presente orden que rechazamos.


















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