¿Hay acceso a Dios? González Faus



1. ¿Hay acceso a Dios? ¿Hasta cuando?

(Cont., viene del día 16)

Se ha comentado con frecuencia que Santo Tomás no habla
de "pruebas" de la existencia de Dios, sino de "vías".
Un camino no es una demostración: ésta conquista y
atrapa la meta que quiere demostrar. La vía, en
cambio, señala una orientación y una meta, pero no
garantiza la plena llegada a ella.

No es este el momento de valorar los argumentos de Flew. Sólo quiero notar que, aunque se acepte su argumentación(que parece la más probable)a lo más que llega el científico es a una "mente divina" que programó este inmenso ordenador del universo.


En cambio, la finalidad de la pregunta por Dios, para nosotros,no es sólo si existe una mente divina, sino si tiene alguna relación con nosotros y de qué tipo; si nosotros los humanos le importamos algo y en qué sentido; o si se trata de una especie de jugador infinito de ajedrez que se entretiene haciendo sus partidas en solitario.

Según el poema babilónico Enuma Elish los dioses crearon a los hombres para que le ayudaran en las tareas que a ellos no les apetecía realizar. ¿Pueden decir las ciencias que esa "men-
te divina" afirmada por algunos científicos es alguien como el
dios Marduk del poema babilónico o es completamente distinto en
su relación con los seres humanos? Desde esta perspectiva que es la verdadera en la pregunta por Dios, la ciencia no puede decir nada sobre Él.

Dios tiene que ver más con la historia que con la naturaleza:
porque la pregunda humana más decisiva es si esta historia tiene algún sentido y camina hacia alguna parte. Como subrrayaba M. Buber, el interés de la palabra "Dios" no apunta a un Dios del que sólo podamos decir "él", sino un Dios al que podamos llamar "tú".

Por eso creo que los modermos ateísmos científicos sobrepasan sus posibilidades al pretender negar no sólo una determinada forma de explicar el origen del universo, sino mucho más; una relación con nosotros de esa hipótesis llamada Dios. Pero esto
segundo queda ya fuera del marco de la ciencia. Sería como si a
la pregunta que se hacía el protagonista de Los cipreses creen en Dios(J.M. Gironella): "¿por qué las parejas?",
respondiéramos sólo para asegurar la reproducción humana". Se-
mejante respuesta apenas llena una parte de la pregunta.

Dicho todo lo anterior, debemos hacer no obstante una recupe-
ración de la ciencia en el sentido siguiente: si el universo es y se ha formado como dice la ciencia, cualquier afirmación de la existencia de Dios ha de ser compatible con esos datos científicos, al explicar el modo de obrar de ese Dios. Como dice un científico creyente, Dios habla a través de la Biblia
pero también nos ha dicho esta palabra suya a través de la creación. Esto es innegable y no puede ser olvidado, pues de-
sautoriza como idólatras los fundamentalismos creacionistas de
la derecha norteamericana.

Ver: JI. González Faus. Cristianisme i Justicia, N. 190 2014
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