¿Hay acceso a Dios? González Faus
1. ¿Hay acceso a Dios? ¿Hasta cuando?
Se ha comentado con frecuencia que Santo Tomás no habla
de "pruebas" de la existencia de Dios, sino de "vías".
Un camino no es una demostración: ésta conquista y
atrapa la meta que quiere demostrar. La vía, en
cambio, señala una orientación y una meta, pero no
garantiza la plena llegada a ella.
(Cont., viene del día 23)
1.2. Filosofía
Algo parecido cabría decir de la filosofía: la inteligencia hu
mana tiene una clara percepción de sus fronteras; pero no consi
gue transpasarlas y no sabe si detràs de esas fronteras sigue
habiendo "tierra" o sólo un océano abismal; ni siquiera si ese
abismo es de algún modo habitable
por eso me ha gustado siempre el calificativo que daba Eugenio Trías a nuestra razón humana: "razón fronteriza". La frontera es algo más que un mero fin: pues deja abierta la puerta a que el límite sea un fin transpasable. Espigaremos algunos ejemplos de esas llega- das a la frontera de nuestra razón.
a)En el fondo, y aunque Tomás habla de cinco vías, quizás se reducen a una misma intuición: en diversos campos de la reali
dad detectamos una dimensión de solidez o absolutez junto a otra de relatividad o flojedad: así ocurre en el movimiento, la causalidad, la actuación de posibilidades, el acierto de los instintos ciegos...
La razón vislumbra que no sería posible garantizar esa "solidez" sin la referencia a un Absoluto que no pertenece a esta realidad, pero, a su vez, permite y sostiene toda la solidez y pluralidad de lo real. En el fondo, esa intuición se parece a la del loco de Nietzsche en La gaya ciencia : negar a Dios es como "borrar nuestro horizonte con la esponja y quedarnos sin norte ni sur ni arriba ni abajo.
De este modo la razón se asoma claramente a sus fronteras. Pero, aun aquellos que creen poder atisbar y afirmar ese más allá de nuestra razón, sólo llegan a proponer algo así como un "Motor inmóvil", un "Ser Necesario" o una incausada "Causa de las causas". No pueden saber si hay algún tipo de relación pre
dicamental de ese Ser con nosotros. Por eso, como ironiza Zubiri, nadie se siente llamado a rezar "Causa causarum mise
rermei" porque una causa es la mera "creencia" y otra la fe.
Lutero llamaba "Dios" a alguien en quien confiar y de quien esperar refugio, a quien poder decir "tú" y no simplemente "el"
como decía M. Buber. Quizás por eso Tierno Galvan, cuando tocaba este tema desde el punto de vista filosófico, parece eludir la palabra Dios y prefiere hablar de "el Fundamento, de
rivando de ahí su afirmación de que no es necesario ni afirmar ni negar ni buscar esa explicación última o Fundamento de las cosas y que en eso consiste el agnosticismo.
b) Otro ejemplo desde el extremo opuesto: según parece Voltaire consideraba como "evidente" la existencia de Dios, pero tanto la figura de la Iglesia oficial como el terremoto de Lisboa le dieron la seguridad de que ese Dios afirmado men
talmente no tiene ninguna relación con nosotros, ni ganas de establecerla. Así se acuñó os en los últimos siglos la expresión "deísmo" para afirmar la existencia de un Dios del que nada sabemos y nada tiene que ver con nosotros. Que habla
de explicación pero no de relación.
c) En la misma dirección nos orienta la definición de Spinoza:
"Deus sive Natura"(Dios o la Naturaleza)que no debe ser enten
dida en el sentido panteísta de identidad, porque Spinoza dis
tingue entre lo que él llama "Natura naturans"(la que hace ser
a la naturaleza)y la naturaleza que experimentamos nosotros
("natura naturata"):
Dios sería como la fuerza que hace real a la realidad, en sentido similar al de una invocación cristiana :"oh Dios, vigor perenne de las cosas" (rerum Deus tenax vigor...). Pero, como en los casos anteriores, esta relación es sólo de fundamentación o explicación, no de confianza. Dice algo de Dios a nosotros, pero no de Dios con nosotros. Por eso
Spinoza considera que querer ser amados por Dios era idolatría.
d) No obstante, Platón creyó poder afirmar algo más de ese "más allá" de nuestra razón: Dios es la idea del Bien. Y en las ideas estaba, para Platón, la verdadera realidad de las cosas. Pero esa afirmación tampoco dice mucho sobre una re
lación de Dios con nosotros, como no sea la de una aspiraci
ón a Él, desde nuestra experiencia de inconsistencia y nuestra atracción por el Bien.
e) Incluso, según muchos comentaristas, también Buda conoce
"lo No-nacido, No-originario, Increado", pero no tiene cons
tancia alguna de una relación Suya con nosotros. Por eso pres
cinde totalmente de él en su enseñanza, porque eso sólo nos haría perder tiempo sin resolver nada. Y da pie a que el bu
dismo pueda ser visto como ateo, como agnóstico precisivamente
teísta.
f) Caben más ejemplos, como la doble experiencia antitética y complementaria de Heráclito y Parménides: según el primero "todo fluye y nada se sostiene", según el segundo el ser es
siempre Ser...O la gran pregunta nacida con nuestra Moderni
dad de si esta historia humana tiene alguna meta y sentido, o
si es pura mentira o eterno retorno de lo mismo...
Pero los ejemplos anteriores son suficientes para que enten
damos esa dimensión fronteriza de nuestra razón.
Ver: JI. González Faus. Cristianisme i Justicia, N. 190 2014