Al acecho de Reino


Pedro Casaldáliga



En la pasión de la patria grande
Quema de viento y pueblo
(Cont., viene del día 22


Creo firmemente en el Espíritu de Jesús que se manifiesta a lo largo de todo el Continente, a través de las Comunidades Cristianas Populares. Creo apasionadamente en la fuerza caudalosa del martirio de tantos cristianos, de tantos hijos de Dios, en esta América masacrada. Como se dijo en las angustiosas vísperas de Puebla, la marcha de la Iglesia Popular, que es muy ortodoxamente católica, es irreversible. El Pesebre y la Cruz lo son.

Debo destacar también, entre las señales de la esperanza, la capacidad y la dedicación, a veces, heroica de nuestros teólogos, la creación y el funcionamiento de tantos organismos de documentación, de estudio y de promoción pastoral que vienen proliferando en América Latina . Así como la nueva Vida Religiosa que la perseguida CLAR ha posibilitada providencialmente.

No puedo negar, porque está a la vista, la involución de nuestra Iglesia en muchos sectores de su jerarquía y en mcuhas comunidades más indefinidas. La figura de Juan Pablo II y su proclamación de la identidad católica pueden favorecer, en parte, ese replegamiento. Siempre hay aprovechados, cuando el miedo es mucho y el espíritu de pobreza y de libertad poco.

Desde Brasil el CELAM aparece como hispanoparlante. Lo cual no es solo un problema de idioma. Porque, además, el Episcopado brasileño es muy numeroso y la nación brasileña es grande y hasta fuerte. (Los pequeños episcopados de ciertos países pequeños latinoamericanos sienten de otro modo la prepotencia del CELAM).

Ese organismo que yo quisiera ver con muy buenos ojos de Esperanza, debería ser nuevamente un estímulo colegial, una caja de resonancia de las mejores vibraciones del Espíritu y del Pueblo en América Latina, un servicio a la peculiar identidad de nuestra Iglesia. Por ahora, me temo que no lo sea...

Las mayores dificultades para las comunidades de base son: el propio Pueblo, la Iglesia y el Gobierno(o más ampliamente el Régimen, el Sistema).
a) El Pueblo católico de Brasil -la mayor población católica del mundo- es heredero del rancio catolicismo portugués, italiano y español...Roma en un momento histórico significativo, marcó férreamente la religiosidad brsileña. La Jerarquía, el Clero, las estructuras eclesiásticas, se impusiron sobre un Pueblo sometido, dependiente, esclavo.

Sin entrar en disquisiciones y reconociendo la rebelde libertad con que el alma del Pueblo(indígena, negro)sobrevive a la dictadura eclesiástica, hay que aceptar que el Pueblo católico de Brasil se había acostumbrado a la sumisión pasiva, al formalismo hasta supersticioso, al monólogo del cura, a la veneración exorbitada al obispo. Cuando el obispo pasaba por la calle, los fríjoles se quemaban en la cocina. Delante de cualquier problema o reivindicación, la recomendación era: "Vaya a quejarse al obispo".

Así las cosas, no era fácil que este Pueblo-Iglesia se desdoblase vitalmente en Comunidades "autónomas", "democráticas", realmente participativas...
P. Casaldáliga, Al acecho del Reino
Ed Nueva Utopía 1989.
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