La cigüeña sobre el campanario 1

La blanca cigüeña,
como un garabato,
tranquila y deforme, ¡tan disparatada!
sobre el campanario.
Estos versos de Antonio Machado inspiraron a JM. Díez-Alegría el libro que tituló Rebajas teológicas de otoño. Él mismo se considera una cigüeña puesto a teologizar sin pretensiones de ninguna clase en la espadaña de Vallecas (barrio obrero de Madrid).
La imagen aunque resulte extraña no es nueva, porque el autor de un viejo salmo bíblico, el 101, decía de sí mismo:
Soy como buho en el desierto,
como lechuza entre las ruinas,
gimiendo insonne
como, en tejado, solitario pájaro.
La lechuza de Antonio Machado es más popular y menos trágica. Sin dejar enteramente de lado la vela gemebunda del cantor bíblico, apostilla Díez-Alegría,quisiera yo tener, en mi trajin teológico, un poco de esta gracia lustral.
Campo, campo, campo.
entre los olivos,
los cortijos blancos
.....
Por un ventanal,
entró la lechuza
en la catedral.
San Cristobalón
la quiso espantar
al ver que bebía
del velón de aceite
de Santa María.
La Virgen habló:
Déjala que beba,
San Cristobalón.
Sobre el olivar
se vió a la lechuza
volar y volar.
Díez-Alegría se identifica con la lechuza y el buho y con el pájaro.
Pero, como tótem, ha elegido a la cigüeña. Tal como Antonio Machado llegó a verla en en estos versos:
La estúpida cigüeña
garabato escribe en el sopor
del molino parado; el toro abate
sobre la yerba la testuz feroz.
La blanca cigüeña
dormita volando,
y las golondrinas se cruzan, tendidas
las alas agudas al viento dorado.
Buscad vuestros amores, doncellitas,
donde brota la fuente de la piedra
....
Ya sus hermosos nidos habitan las cigüeñas,
y escriben en las torres sus blancos garabatos
....
Ya están las zarzas floridas
y los ciruelos blanquean;
ya las abejas doradas
liban para sus colmenas,
y en los nidos, que coronan
las torres de las iglesias,
asoman los garabatos
ganchudos de las cigüeñas.
....
el huerto en flor, y en el cielo
de mayo, azul, la cigüeña.
(Por San Blas -3 de febrero- la cigüeña verás, dice un dicho popular)
Diez-Alegría no se considera un teólogo erudito, desde su fe ha ido asumiendo las cuestiones que el conocimiento humano le planteaba. Ha ido integrando resultados cada vez más firmes de su larga experiencia moral y práctica. Cree que, en este proceso, su fe se ha ido depurando de muchos elementos ideológicos que contradicen sus más íntimas exigencias. Se ha ido situando vitalmente, no eruditamente, en la línea de la teología de la liberación, en las que trabajan las comunidades cristianas populares y muchos teólogos y algunos obispos de América Latina.
Tambíen se ha ido desprendiendo su fe de falsas y simplificadoras seguridades acerca del valor histórico de los documentos básicos del cristianismo. Ha ido tomando el contenido de estos textos con sobriedad y con mayor sentido crítico. Esto le ha ayudado a acercarse en su fe al Jesús real, de carne y hueso, que es el punto de referencia básico de la fe cristiana.
JM. Díez-Alegría, Rebajas teológicas de otoño
Desclée de Brouwer 1980