La ingenuidad de Jesús.



La Palabra es el hombre.
Dios está en el hombre


Pienso que Dios prefiere que le dejemos tranquilo,
que Él no tiene hambre ni soledad, que el lamento
viene de la humanidad doliente, esquilmada y
apaleada por los caminos de Jericó.

Dios a través del hombre
Yo soy el camino

Para Jesús está claro que primero tiene que ser el hombre:
"Ve primero y arréglate con tu hermano y después ve a rendir culto a Dios".

Estamos dsipuestos a creer en Dios, pero resulta más difícil creer en el hombre. Y en el evangelio de Jesús para llegar a su Padre hay que pasar necesariamente, por el hombre. No es posible creer en el Dios de Jesús si no se acepta al hombre. "El segundo es igual al primero". Eso es tener fe desde abajo hacia arriba.

Cuando no se cree en el hombre se le añaden adjetivos :
"humanismo cristiano. Cuando no se cree en la democracia, se la bautiza democracia cristiana. Los resultados son indigestos. O incluso se cambian sustantivos: salvar almas
en lugar de salvar hombres.
Este es punto clave en el evangelio de Jesús.

Fustiga a las autoridades porque oprimen al hombre. El hombre está por encima de la Ley (de Dios). "Siendo de condición divina", se arrodilló ante los suyos para lavarle los pies.

Alguien dijo, comentando esa escena, que no era la humildad de Jesús el mensaje de este gesto sino que "para Jesús quedaba claro que por encima del hombre, ni Dios". Un seminarista madrileño de la secta comunión y liberación, al oír esta afirmación, se rasgó las vestiduras. El conferenciante era doctor y profesor de una facultad teológica.

Al de la camilla, pegado al pórtico del templo, le conminó a tirar las parihuelas y echarse a andar. A la hemorroisa la alabó por su valentía de afrontar su vergüenza interior encarándose a la opinión pública y ese coraje la salvó:"tu fe te ha salvado".

Para salvar a una adúltera se enfrentó a una masa de santones. Los suyos quisieron pedir fuego al Cielo para quemar a los herejes. Jesús les increpó. Etc.

Parece que para Jesús, salvar al hombre es salvarlo ahora. Si no se salva ahora no se consigue su obra.

Parece como si su misión hubiera consistido en despertar y liberar al pueblo de su abatimiento. Las ideologías, los ritos acaban con el hombre. La sociedad creada por el Antiguo Testamento terminó aplastando al hombre.

Jesús duró poco. Demasiado poco

Duraría poco esa ola de libertad y alegría. Pronto volverían el miedo, los complejos de culpa, los moralistas y una plaga de clérigos, a la antigua usanza, queriendo encauzar el desmadre causado por el ignorante Jesús. Pronto volvería la Ley. Pronto llegaría la Edad Media.

¿No recuerdan ustedes esa otra historia de aquel otro hombre bueno llamado Juan XXIII que abrió ventanas, rompió cadenas, dejó hablar a los mudos, acercó a los enemigos, que dijo que él no era infalible porque no iba a proclamar ningún dogma, que alarmaba a los doctores de la Gregoriana porque decía herejías en sus homilías, que hizo sonreir y soñar al mundo...?

Duró poco otra ola de alegría y libertad. Pronto volvió el miedo. Pronto volvería la Ley. Pronto volvería la Edad Madia, procedente de Polonia.
L. Alemán Mur, La Ingenuidad de Jesús.
La venganza de la Tora

Ed Nueva Utopía, Madrid 2002
www.porunmundomasjusto.com

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