España desnuda, la tormenta griega



ESPAÑA DESNUDA

No es fácil saber lo que está pasando. Lo cierto es que la Hija- o Doncella-España (en lenguaje bíblico se podría hablar también de la Virgen- o Viuda-España) se nos va quedando desnuda, a pleno sol, en la calle central de Madrid (Recoletos), bajo la gran bandera de invierno (árboles sin hojas), que recuerda quizá glorias pasadas, pero que no sirve para tapar las vergüenzas presentes.

Así la presentaba ayer (3.6.12) el FAZ (Frankfurter Algemeine Zeitung) el periódico más “enterado” de la Capital del Dinero, el ídolo falso. Parece pudorosa, pero no estoy seguro. ¿Se desnuda ella misma, hasta el límite crucial de las vergüenzas? ¿La desnudan otros a los que vemos, presididos por la gran bandera? ¿Son de casa, son extraños? ¿Seguirá desnudándose, para cuando el semáforo se ponga verde?

Dejo a los lectores que adivinen. Lo único claro es que políticos y banqueros de casa, en gresca dura por Bankia y otras cosas, la están desnudando cada día. Lo cierto que los alemanes y otros (según el FAZ) quieren quieren arrancarle todas las ropas, cuando el semáforo (¿lo ven ustedes, casi escondido, con la linea de dirección), para después rescatarla, con dineros que no sabemos sin son de amor o de prostitución.

Es bueno que quede desnuda,que sepamos lo que tiene, lo que pueden (lo que tienen y quieren los que pueden, aquellos que la han manejado, llevándola a sus camas particulares). Es bueno que se sepa, que sepamos todos, que nos ajustemos a lo que somos (sobre ese tema dijo su más duras palabras Ezequiel, que supo de amores falsos, desnudeces y falsos rescates). Pero es bueno para cambiar todo, en sobriedad, amor y gozo, que eso queremos que sea la vida.

No sé mucho de estas cosas. El curso espléndido que nos dio L. M. sobre economía política el año 1968, en la Universidad de Santo Tomás de Roma, no me ayuda ahora a interpretar las cosas. Por eso acudo a la Biblia, de la que sé algo más, y recuerdo que desde Amós, el primer profeta bien catalogado, los grandes creyentes de Israel han ido proclamando el juicio a las naciones, a las de dentro (Israel, Judá) y a las de fuera… Una tercera parte de la Biblia (con Isaías y Ezequiel, Daniel y Macabeos) es un inmenso juicio a las naciones…

El Nuevo Testamento sigue en la misma línea, desde Mc 13 al Apocalipsis, donde se dice que “la dejaré desnuda, y verán sus vergüenzas y la quemarán, la comerán…”. No quedan las naciones, queda solo la justicia de Dios.

No sé a España la desnudarán hasta el final, hasta que se vean todas sus vergüenzas y engaños y mentiras… Quizá sería conveniente. Pero no para que triunfen eso que la Biblia llame las “naciones”, sino para que llegue también el tiempo de las naciones… y brille la justicia de Dios sobre la desnudez de todos los pueblos.

LA GRAN TORMENTA GRIEGA



Sigo con el FAZ de ayer. Su imagen sobre Grecia (al parecer sin posible rescate) era esa tormenta sobre el Partenón. Parecía irremediable. Nadie estaba ya en Frankfurt y su banco para salvar a Grecia, condenada a ser lugar de puros recuerdos y de turismo melancólico y salvaje de gentes que en su vida han leído a Platón ni han temblado ante una tragedia de Sófocles.

Una Grecia arrojado al patio trasero de la incultura de los nuevos bárbaros, eso era lo que (a mi juicio) quería decía el FAZ. Es tiempo de tormenta en la tierra de los sabios, creadores de Europa, con un Partenón iluminado por un cielo que amenaza rayos... Pero yo quisiera que Grecia siguiera viva, no sólo con sus ruinas, sino con sus ideas, con su pasión por la vida, con la música y el alma de sus gentes, en medio de las Islas de aquello que para la Biblia era el Mar Grande, simplemente el Mar, la tierra de Occidente.

Acostumbrados están los helenos a tormentas, desde el viejo Agamenón, hasta el rayo de Alejandro, la conquista romana, el imperio bizantino y la invasión turca… hasta los nuevos políticos. Acostumbrados están, y la Biblia los ha honrado siempre con el máximo respeto, pero también el juicio más duro, como puede verse en 1-2 Mac. Pero la Biblia siempre quiso a Grecia, como sabe San Pablo, cuando viajaba emocionado, iluminado, desde el norte de Filipos hasta Corinto, pasando por Atenas.

No lo explicamos, pero llega sobre Grecia la tormenta, la que pro-viene de sus políticos y de su gente, la que viene de fuera (Alemania o Rusia…) y la que piensa gobernar en casa o en las islas. Llega la tormenta con las próximas elecciones:

‒ Si optan por el Euro y quedan como una colonia turística y melancólica para el Euro o el dinero internacional, criados de turno de los poderosos de siempre…. O si optan por una libertad austera, ellos solos (¿pero pueden mantenerse frente a Turquía, Rusia…).
‒ Queda la tormenta… Y dicen algunos en España que cuando se aclare esa tormenta y pueda verse de nuevo el Partenón, las vírgenes sabias, al claro del día y a luna de la noche… que también España saldrá del mar de las tormentas… y podrá ser libre en la libre Europa de las Patrias universales….

No estoy seguro de lo que pasará con la tormenta griega, aunque tengo la certeza de que no surgirá un nuevo Alejandro, ni un nuevo Imperio Bizantina, la historia no pasa en vano… Seguiremos leyendo a Platón y pensando con Aristóteles, pero el sol puede morirse para siempre una tarde de tormenta para el Partenón y sus vírgenes sagradas, desnudas o vestidas, que a la postre da lo mismo. Por allí pasó Pablo, que fue la gran tormenta, no para destruir a Grecia, sino para abrir caminos nuevos.

Dejo el tema así. Me gustaría apelar aquí a las imágenes de la Biblia, sobre todo a los grandes sellos, con los truenos cortantes del Apocalipsis, tema del que sé algo más. Pero no tengo distancia para juzgar lo que va a pasar… aunque estoy convencido de que llegará el “tiempo de las naciones”, como dice también la Escritura.


PD, CON CLUB BILDERBERGER, LOS ILLUMINATI U OTROS POSIBLES CONSPIRADORES….

Dejo con esto a mis lectores… ante la España desnuda, don una bandera que se limita a ondear al viento vacío… ante una Gracia bajo la tormenta.

La Biblia sabía de estas cosas, nos decía su juicio a las naciones. Nosotros quizá lo hemos olvidado, y hemos pensado que las naciones son eternas. Ya lo dijo Jesús: “Se alzará nación contra nación, será guerra de todos…”, a no ser que nos “convirtamos”, es decir, que cambiemos de camino. Pero de esto seguiré tratando, que el blog sigue mañana.


Dejo el tema abierto, no entro en teorías conspiratorias de reuniones del club Bilderberber, de los Illuminati, los Siete Sabios o los Neo-Masones. Bastante complicado está ya el mundo como para que lo compliquemos más. Siga por esa línea quien quiera y tenga algo que decir. Yo podría seguir aportando algo desde la Biblia.

Pero estoy convencido de que la desnudez de España y la tormenta sobre Grecia puede ser parte de un cambio económico mucho más hondo, y tenemos que estar preparados para ello, simples como palomas, astutos como serpientes. Ben día
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