Palabras originarias para entender a Jesús

X. Pikaza Ibarrondo y V. Haya Segovia, Palabras originarias para entender a Jesús. Comentarios evangélicos desde el griego, el hebreo y el arameo a las principales festividades del año, Colección Fuente, Editorial San Pablo, Madrir 2018, 392 págs.

Jesús hablaba arameo, pero leía y citaba la Torá en hebreo, y sus palabras nos han llegado en griego. Estas tres lenguas tienen, por tanto, mucho que decirnos acerca de él.

X. Pikaza y V. Haya, pensadores y amigos, han querido escribir un libro distinto en el que han dado un papel importante las “tres lenguas de Jesús”, para ello han seleccionado cuarenta palabras/sentencias de Jesús expuestas y comentadas a partir del texto oficial (griego) de los evangelios, interpretado desde el fondo hebreo y recreado desde el arameo, en un contexto semita más amplio en el que también se contempla el idioma árabe, para que se conozca mejor a Jesús.

Este libro ofrece así una lectura abierta y plural «a cuatro manos» (cuatro lenguas), proponiendo a los lectores y amigos una versión universal y sorprendente de lo más esencial del Evangelio. Es un libro que los autores dedican a sus madres, la de Pikaza ya difunta, la de Haya aún viva (a.D.g.), para ofrecerles su testimonio de amor a Jesús, comentando los evangelios más significativos de los domingos y fiestas más importantes del años.

Son evangelios que ellas (las madres) han sabido y saboreado año tras año, y que ahora, sus hijos, filólogos y creyentes, ofrecen a sus amigos y lectores, comentando los textos desde la sabiduría originaria del hebreo y el griego, del arameo y del árabe, no sólo para entender, sino también para "amar" a Jesús, dando así testimonio de su profecía mesiánica en un mundo donde el aliento de Dios vincula a judíos, cristianos y musulmanes.

No es un libro sobre ecumenismo, sino un libro ecuménico; no trata del diálogo, es diálogo; no habla del amor de Dios, es un libro de amor,amigos, para amigos de Jesús.Hace uno años, V. Haya y X. Pikaza habían escrito un Diccionario de las Religiones Monoteístas. Ahora, con la sabiduría de fondo de aquel diccionario, abren juntos un camino de entendimiento y compromiso de vida, con unos comentarios evangélicos a las principales festividades del año Cristiano. Sigue el prólogo del libro.

Prólogo, págs. 7-11


Este libro expone y comenta cuarenta palabras/sentencias de Jesús a partir del texto oficial (griego) de los evangelios, interpretado desde el fondo hebreo y recreado desde el arameo, que era la lengua de Jesús, en un contexto semita más amplio en el que influye poderosamente el idioma del Corán y de la tradición musulmana. No hemos escogido esas palabras para defender unas doctrinas particulares, cristianas, musulmanas o simplemente religiosas, sino para entender mejor a Jesús, a quien vemos como fuente universal de una cultura mesiánica que ha marcado, con mejor o peor fortuna, la historia de occidente.

No estamos afiliados a ninguna escuela particular, a no ser a la búsqueda de la verdad y a la sorpresa agradecida de pensar que podemos hallarla, dejándonos descubrir por ella. No ocultamos nuestra filiación. X. Pikaza, es cristiano, V. Aya, es musulmán, pero ninguno hemos querido imponer nuestra posible verdad al otro, ni a nuestros lectores, pues ambos sabemos bien que la verdad no se demuestra ni impone por razones, ni a uno mismo ni a los otros, sino por experiencias superiores de iluminación y encuentro.


Con ese fin hemos buscado cuarenta palabras/pasajes centrales de los evangelios, y para no errar en la elección, ni caer en visiones partidistas, hemos optado por retomar algunos textos centrales de la liturgia cristiana, como el lector interesado podrá ver en el anejo, para comentarlos uno a uno, entendiendo así mejor lo que ha supuesto y puede suponer Jesús no sólo para los cristianos, sino también para los musulmanes y para todos aquellos que se detengan un momento ante los textos antiguos como filólogos o, simplemente, como personas que se siguen admirando ante los grandes temas de la vida actual y de la historia antigua.

X. Pikaza empieza comentando la versión canónica griega de esos textos, tomando como base el Greek New Testament o Novum Testamentum Graece (1993), fijado por un comité crítico de especialistas de diversas confesiones. Para completar y situar en su origen esos temas acude, en otro plano, a la versión clásica hebrea de I, E. Salkinson y D. C. Gingsburg (1898), que le permite penetrar en el trasfondo judío (y veterotestamentario) de los evangelios.

Por su parte, A. Aya ha tenido la lucidez y valentía de releer los mismos textos desde la versión aramea (siríaca) de la Peshita, para re-ubicar el evangelio y las palabras de Jesús en un trasfondo semita que sigue estando vivo, recreando para ello, de un modo fiel, lo que pudo haber sido el lenguaje y el espíritu de fondo del mensaje y camino de Jesús, tal como se puede leer y sentir en un contexto musulmán.


De esa forma, en total libertad, pero unidos ambos por la amistad y la experiencia cultural de fondo religioso, hemos recreado la experiencia de Jesús a cuatro manos (griega, hebrea, aramea, árabe), procurando que ninguna desentone, ni vaya en contra las otras. Habíamos trabajado en esa línea en el Diccionario de las tres religiones (Verbo Divino, Estella 2009), pero en clave más académica y teórica, sin bajar a la arena del encuentro inmediato de las religiones. En esta ocasión, abandonando las barreras protectoras, hemos entrado, con toda sencillez, en el campo de la lectura concreta de los textos.

No hemos querido imponer una línea de pensamiento, ni hacer propaganda de ninguna comunidad religiosa (ni el Islam, ni el Cristianismo), ni siquiera hablar de iglesias o de religiones, sino de Jesús, para entender mejor lo que el dijo, lo que él quiso, y la forma en que le comprendieron sus primeros seguidores, desde las lenguas de su entorno, con una gran sobriedad narrativa. Nuestra competencia académica podrá verse en las solapas del libro, pues tanto uno como el otro hemos publicado varias obras de especialidad sobre los temas que ahora exponemos en una perspectiva nueva, que quiere estar abierta a todos los lectores. Por eso hemos dejado a un lado la cátedra de universidad, para escribir en un nivel de comunicación vital, aunque siempre seriedad y precisión científica.

No hemos firmado por separado las dos partes, aunque hemos puesto un signo © que marca la división entre la primera parte (de X. Pikaza) y la segunda (de V. Aya).

La primera parte de cada tema tiende a ser más amplia y genérica, y sirve para situar los temas que pueden resultar más conocidos para lectores de fondo cristiano. En esa línea, tras presentar en general los temas, X. Pikaza cita y expone el sentido de los términos clave, en griego y hebreo, transliterándolos para el lector menos especializado, sabiendo que muchas de esas palabras han pasado en su forma “popular” al lenguaje castellano.

La segunda parte, de A. Haya, es, en general, menos extensa, pero más precisa en sentido filológico. Su autor ha realizado un inmenso esfuerzo (¡nunca antes intentado entre nosotros!) de leer e interpretar las palabras clave del cristianismo desde su fondo original semita (en arameo, la lengua de Jesús), en un contexto que cultural más amplio, que es anti-cristiano, sino humano (humanista, paradójico), abriendo al mismo tiempo un diálogo implícito con el Islam.

No hemos realizado un diálogo inter-religioso, comparando así desde fuera las tres religiones (judaísmo, cristianismo e Islam), sino más bien un estudio intra-religioso o, mejor dicho, intra-cultural, leyendo por dentro esas cuarenta palabras clave de Jesús, no para defender o criticar una doctrina, no para probar o re-probar algún concepto, sino para entender lo que dicen (y así entendernos mejor entre nosotros).

Habíamos pensado poner en el titulo del libro “para amar a Jesús”, pues todo encuentro con una gran figura religiosa es cuestión de amor (o des-amor), pero al fin hemos escogido Cuarenta palabras para entender a Jesús, pues no queremos que nadie pueda pensar que intentamos imponerle un tipo de “amor confesional” al Cristo, en línea cristiana o musulmana (¡también los musulmanes aman a Jesús). Nos hemos situado, pues, en un nivel de pensamiento, no de propaganda, ni en pro ni en contra de una interpretación del hijo de María, sabiendo que a un autor o fundador religioso se le defiende diciendo lo que él hizo o lo que dijo, desde una perspectiva creyente o no creyente, pues ha llegado el momento de mostrar que a Jesús se le puede entender, admirar (e incluso defender) sin ser confesionalmente cristianos de iglesia o musulmanes.

Hemos dedicado este libro a nuestras madres, una ya fallecida (la de X. Pikaza), otra felizmente viva (la de V. Aya), porque pensamos que este libro está escrito para madres, es decir, para personas que saben amar y se dejan sorprender por sus hijos, no para profesores de universidad, ni para “críticos” de religión, sino para personas que siguen admiradas, asombradas ante la inmensa paradoja de las religiones, y en especial de sus creadores como Jesús.

De esa forma, en un tiempo de sospechas, cuando algunos afirman que estamos por encimas de las religiones, para criticar así desde nuestra nueva verdad todo lo sagrado antiguo, hemos querido volver con toda ingenuidad a las raíces de la experiencia originaria de Jesús (y en su caso de Muhammad), para así poder contarla a nuestras madres, simplemente, sin grandes razones, pues ellas la conocen mejor que nosotros. Tras habernos dedicado decenas de años al estudio académico de nuestros fundadores religiosos podemos ofrecer a nuestras madres una razón de aquello en lo que seguimos estando arraigados.

Rogamos, finalmente, al lector que no se asuste ante las palabras en griego, hebreo y arameo. Las hemos dejado ahí, como referencia al principio de las religiones, y como indicación de que es preciso volver a los “originales”, para que no se pervierta su mensaje, ni se marchite su frescura.

De todas formas, el libro podrá leerse bien sin conocer directamente esas lenguas, pero sabiendo que están ahí, y pidiendo a los lectores un voto de confianza previa ante nuestras reflexiones (aunque luego, mientras vayan leyendo, podrán y, en su caso, deberán criticar nuestras interpretaciones, como exige toda obra científica).
Sólo nos queda decir que hemos disfrutado escribiendo esta obra, y que ya por eso ha merecido la pena, para añadir que, junto a nuestras madres, queremos dedicarla también a nuestras mujeres (Mabel y Yara), que nos han acompañado y animado en la tarea. Sin su ánimo no habríamos podido realizarla.

San Morales de Salamanca y
El Quejigo de Huelva
Verano 2018
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