Pikaza: Un teólogo que me tiene cabreado (F. J. de la Cigoña)

Eso exigiría de mi parte un pequeño paso (que deberíamos precisar, que tendré que dar yo mismo). Pero eso exigiría también (si no leo mal a F. J. F. de la Cigoña) un paso en la misma jerarquía, que debería llamarme para realizar unos servicios teológicos eclesiales para los que estoy más que preparado. Éste es en sustancia el mensaje de felicitación que me manda Pacopepe (de la Cigoña), un mensaje que le agradezco muchísimo.
Sabe Papapepe que vivo en un doble "exilio". Los de la "jerarquía" de la Iglesia no me llaman, porque piensan que estoy medio fuera... Lo de fuera (los círculos no católicos de la cultura) no me llaman porque dicen que estoy totalmente dentro de la Iglesia. Y así vivo, un poco a lo libre, junto a una torre de muchas cigüeñas, escribiendo sobre Marcos y Jesús (aunque hay algunos que estiman mi labor, y así el próximo lunes van a concederme el premio máximo de diálogo cultural y religioso, en la Fundación Pastor, en el ISIC de Madrid, como diré mañana).
Esto exige una pequeña reflexión, a la que seguirá la reflexión y propuesta que me hace F. J. F. de la Cigoña, a quien doy gracias desde aquí. Una reflexión para pensar en qué debo cambiar yo... y quizá también en que debe cambiar un tipo de Iglesia Jerárquica, ahora que el Papa Francisco parece dar pasos en esa línea. Evidentemente, yo debo cambiar (y así quiero hacerlo), pero me tendrán que ayudar... y tendrá que cambiar también la Iglesia Jerárquica, in capite et in membris, como siempre se ha dicho-
-- Sigue la reflexión y propuesta de F. P. de la Cigoña
-- Introduzco luego una reflexión mía.
Un teólogo que me tiene cabreado (F. J. de la Cigoña)
http://www.intereconomia.com/blog/cigueena-torre/un-teologo-que-me-tiene-cabreado-20130612
Un muy querido amigo, que le quiere y le admira muchísimo, se encarga de recordármelo todos los años. No pienso establecer la costumbre de felicitarle cada 12 de junio. Él sabe que le deseo toda clase de felicidades, junto a su encantadora Mabel, todos los días sin necesidad de una fecha determinada. No quiero decir con ello que me acuerde de Pikaza todos los días pero como todos ellos pido a Dios por las personas por las que tengo afecto, evidentemente nonominatim, él va en el lote.
Aunque Xabier me tiene cabreado. Y yo me cabreo poco aunque algunos puedan pensar lo contrario. Y está claro que no es porque sea más joven que yo, un año y un mes, ni porque de teología sepa muchísimo más que el que suscribe. Nunca me las di de teólogo. Sería absurda petulancia por mi parte.
De la mayoría de las personas sobre las que puede dar la impresión de que estoy cabreado creo que ello se deberá mucho más a un juicio equivocado del lector que a mi sentimiento personal. Me cabrean las situaciones no las personas. A mí lo que diga por ejemplo Tamayo me importa un comino. Si le traigo a colación no es por lo que piense o lo que diga sino porque hay gentes de la Iglesia, al menos aparentemente, que le llevan a decir lo que dice en lugares de la Iglesia. Si su pensamiento lo expusiera en su Unoiversidad, en el Ateneo o a los socios de un club de petanca, ni aparecería en estas páginas. Y si un sacerdote, secular o regular, dice barbaridades contra el dogma o la moral de la Iglesia, no me irritan como personas sino como miembros de la misma. Si la Forcades un día dejara de ser monja benedictina puede tener por seguro de que como militante independentista o defensora del preservativo ni aparecería por aquí.
¿De dónde viene pues mi cabreo con Pikaza? Es un sacerdote secularizado y casado que no compromete en nada a la Iglesia con su pensamiento. En algunas cuestiones, en mi opinión, extrafronterizo. Pues me cabrea. Porque siendo, siempre en mi opinión, el teólogo más sólido, más sabido y más brillante de ese sector, a gran distancia de la mayoría de los que por ahí cabalgan, podría ser sin la menor duda el gran teólogo laico de la Iglesia española de hoy y no da el paso. Tendría abiertas las puertas de todo: universidades católicas, obispados, parroquias... La Resurrección de Cristo, la aceptación de la constitución jerárquica de la Iglesia y, sobre todo, romper con lazos que sólo indican su bonhomía. Que también es absurdo exagerar.
¿Entendéis pues lo que os quiero decir? Yo afectivamente estoy con Xabier Pikaza. Y creo que puedo asegurar su amor a Cristo. Y hasta a la Iglesia. Que tiene defectos propios de los hombres que la constituyen. Me parece que con Pikaza la Iglesia pierde un gran teólogo. Pero tiene él que dar un paso necesario.
Desde el afecto que sabe le tengo no le mando hoy unos deseos de felicidad pues los tiene todos los días por mi parte. Sólo he querido dejar constancia de un cabreo cariñoso. Qué Dios, Nuestro Señor, te ilumine y que tú le sigas en esa iluminación. Con Mabel, que es un regalo que Dios te ha hecho. Él escribe siempre con líneas rectas aunque a algunos les puedan parecer torcidas.
Ese teólogo que cabrea a algunos es un servidor (X. Pikaza).
Le tengo cabreado al S. de la Cigoña, mi amigo. Verá quien siga leyendo que es un cabreo eclesial y en el fondo muy amistoso. F. J. de la Cigoña me quiere, y por eso está cabreado conmigo, para bien (como solía estar San Pablo con algunos de sus colaboradores, incluso con San Pedro).
F. J. de la Cigoña ha sido y es uno de los grandes fenómenos mediáticos de la Iglesia y de la sociedad española. Ha trabajado de alto profesional en la sección de las comunicaciones (RENFE), y ha sido de los que ha inaugurado y promovido uno de los nuevos servicios de la Iglesia en la comunicación y la opinión directa en el mundo de los “media”, primero en Religión Digital y después en Intereconomía donde se ubica actualmente.
Le leo con regularidad, antes dialogaba a veces con él públicamente (en RD), ahora no lo hago pues me cuesta entrar y comentar en Intereconomía. Lamento que no esté en RD, que es un lugar más plural, pues soy de los que me gusta la diversidad de opiniones y perspectivas, desde el mutuo respeto. Pero él sabe que le estimo, y que me parece bien el lugar en el que está, aunque pienso que es un campanario demasiado monotemático, que no abarca todo el arco-iris de los colores de Dios y de la realidad social y eclesial.
Una cigüeña, varias cigüeñas en la torre de la iglesia
Tuvimos cierta diferencia de visión ante algunos temas (¡y tenemos diferencia de opinión en muchos otros, gracias a Dios!), pero hablamos, supimos dónde estamos y nos respetamos. No voy en la línea de su voz, pero me parece importante dentro del campanario de la Iglesia (no dentro, ante el altar).
El problema que tengo con él es que a veces parece que quiere ser “La Cigüeña” de la Torre, la que vigila y anuncia desde el alto los pasos de la gente del pueblo, empezando por obispos, pero en la Torre en que yo quiero estar hay más cigüeñas... Digo "parece", porque luego deja espacio en su Torre a otras cigüeñas, siempre que acepten un tipo de Iglesia, como pasa en nuestro pueblo.
Eso es lo que pasa (digo) en nuestro pueblo (San Morales del Tormes, una aldea de riego con casi más cigüeñas que habitantes)… Tiene esta aldea una torre de iglesia con seis nidos (y unas veinte cigüeñas, de diversas opiniones que salen a cazar, pescar y acarrear de modos diversos…), de manera que no se puede hablar de “la cigüeña”, sino de “las cigüeñas” de la Torre.
Le he dicho al P. Juan Pedro, nuestro párroco querido : ¿por qué no las echamos, te van a hundir la torre? Pero me ha respondido que están bien donde están, que hay sitio para todas… Hay lugar, un lugar estrecho pero abierto a los fríos y calores de la ribera del Tormes para los siete nidos con unas veinte cigueñas.
En esa líena creo que la voz de F. J. de la Cigoña, cigüeña de la torre es importante, pero quiero verla al lado de otros… No estoy de acuerdo con su forma de ver la Iglesia (un poco monotemática, a mi juicio), pero sé que es valiosa. No le sigo en su manera de criticar a obispos, monjas y clérigos de diverso tipo, pero me parece que eso que él dice hay también que decirlo.
F. J. de la Cigoña es un ave especial. Me parece a veces un poco “purista” (de los cátaros jerárquicos), pero también su voz es importante, siempre que dejemos espacio para otros en la torre pequeña de la Iglesia, y un lugar para todos abierto en la nave, bajo la bóveda mudéjar. Quiero un lugar para los nidos de cigüeñas, sin hacerse “lobbies”, como parece que ha dicho el Papa Francisco de algunos gais del Vaticano (que son malos no por ser gais, que eso lo da Dios), sino por ser lobby de poder… y dentro del mismo Vaticano.
Bueno, pero ya esta larga la sacristía. Sólo quería decir a mis amigos que ayer, en su blog famoso de Intereconomía (http://www.intereconomia.com/blog/cigueena-torre/un-teologo-que-me-tiene-cabreado-20130612#comment- ) F. C. de la Cigoña ha dicho que le tengo cabreado… Pero lo ha dicho con gran cariño, con esa humanidad que él tiene en el fondo, con deseo de que siga haciendo camino en la iglesia, con Mabel, a la que él quiere, con mi trabajo de teólogo.
Gracias, Pacopepe, sabes que no te sigo del todo en lo que dices de J.J. Tamayo y de T. Forcades, sabes que no es cierto todo lo que dices de mí, pues no soy tanto como piensan, pero te lo agradezco muchísimo. Y así te lo quiero decir en mi portal, bajo tu torre. En el fondo, con lo que dices (¡pocas veces han escrito sobre mí cosas tan hermosass!) me estás ofreciendo un sitio, junto a tu nido, en la torre común. Y yo lo acepto, aquí me tienes. Seguimos.
Gracias. Estando a tu lado, y al lado de otros (incluso Forcades y Tamayo), podremos seguir hablando. Creo que Francisco nos quiere decir que hay lugares para muchos, por lo menos para seis corrientes y tendencias (no lobbies) en la Iglesia que es tuya y es nuestro. Un beso a tu esposa, un abrazo. Mabel me dice que tenemos que vernos bajo la torre. Seguimos hablando. Hoy pongo en mi blog tu trabajo, no tus comentarios, que entre en tu blog quien quiera verlos. Todo lo que sigue es tuyo... Y gracias por tu felicitación de cumpleaños, que era lo importante. Xabier